• Capítulo 1

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Miré mi reloj y empecé a contar «cinco, cuatro, tres, dos, uno». Entonces, como esperaba y tan puntual como siempre, sonó el timbre para volver a clases después del recreo. Sí, normalmente los demás deseaban tener un rato más de descanso, pero cuando no tienes con quien pasarlo se hace una eternidad. Por suerte ahora tocaba clase de música, mi materia preferida.

Me presento, soy Yang Jungwon, y tengo 17 años. Hace poco mis padres me internaron en este maravilloso colegio: "Academia del Cielo" (sí, se llama así. Un poco irónico, porque más bien parece una cárcel.) Es un colegio solo para chicos. ¿El motivo por el que estoy aquí? Bueno, mis padres me han amenazado varias veces con internarme en uno, pero nunca creí que hablaran en serio. La verdad es que a veces puedo llegar a ser un poco rebelde, lo reconozco, pero tampoco me porto tan mal.

—Buenos días, chicos.— Dijo el profesor cuando entramos en el aula.

Nos fuimos sentando en nuestros pupitres, yo me sentaba en la segunda fila cerca de la puerta, lo que no estaba tan mal por si había un apocalipsis y tenía que salir corriendo.

—Hoy empezaremos la clase tocando Ode to Joy.—

Me hubiera alegrado escuchar eso si el instrumento con el que teníamos que interpretar la sinfonía no fuera la flauta. Sinceramente, sonaba fatal, aunque parte de la culpa la tenía la descoordinación de mis compañeros. Tampoco es tan difícil seguir el ritmo, ¿o sí? Aunque empiezo a sospechar que lo hacen a posta. Los del grupito del fondo siempre andan haciendo estupideces, se meten con los demás, gastan bromas en clase, se creen muy graciosos. Realmente son insoportables, piensan que pueden hacer lo que les dé la gana por el simple hecho de tener más dinero que los demás. Lo sé, parece tan estúpido que aún siga pasando esto hoy en día...
Cuando me di cuenta, la clase ya había acabado y ahora venía la peor parte del día: educación física. No me malinterpretéis, se me dan bien los deportes, pero odio tener que jugar en equipo con esos descerebrados. Sobre todo cuando empiezan a burlarse de los que no son tan buenos, así se le quitan las ganas de jugar a cualquiera.

Me encontraba bajando las escaleras para dirigirme al patio cuando de repente alguien tocó mi hombro y me giré.

—Tú debes ser Jungwon, ¿no es así?— Dijo un chico que no había visto en mi vida.
—Mm, ¿y tú eres...?— Pregunté confundido.
—¿Qué quién soy? Obviamente, el chico más popular de por aquí, no has oído hablar de un tal Benjamín?— Dijo con una sonrisa burlona en el rostro.
—Pues la verdad es que no.— Respondí dándome la vuelta para seguir por mi camino.
—Vamos a la misma clase.—
—¿A si? ¿Por qué no te he visto antes?—
—Oh, esto... Suelo saltarme las clases aburridas.—
Benjamín se volvió a poner a mi lado. No comenté nada, prefería no darle importancia a este tipo de gente. Supuse que Benjamín sería uno de los chicos del grupito insoportable de clase. Desde entonces supe que no sería tan fácil deshacerme de él.

—Bueno, un placer conocerte (mentira). Ahora, si me disculpas, me he dejado algo en clase.— Dije volviendo al aula de música.

Por el camino me puse a pensar. «¿Por qué siempre me tengo que encontrar con este tipo de gente? ¿Y por qué se me ha acercado? ¿Solo es porque soy el nuevo? En cualquier caso, por muchas ganas que tenga de hacer amigos, no pienso acercarme a tipos como él.» Entré en el aula de nuevo, esperando que el profesor ya se hubiera marchado, pero no tuve tanta suerte.

—Oh, ¿Qué haces aquí Jungwon? Si no me equivoco ahora tienes clase de educación física.— Dijo amablemente.
—Sí, disculpe, creo que me he olvidado la chaqueta.— Dije buscando una excusa.
—Pues no he visto ninguna, a lo mejor alguien la ha llevado a recepción, a veces se pierden cosas, no te preocupes.—
—Gracias profesor.—
—Y date prisa, no llegues tarde a tu siguiente clase o te reñirán.—
—Sí, ya me voy.— Dije yendo otra vez hacia el pasillo.—

Solo había ganado un poco de tiempo, pero realmente tendría que volver a ver a mis compañeros dentro de unos minutos, así que no me sirvió de mucho. Por las escaleras me encontré a un chico que se dirigía hacia mí.

—¡Jungwon!—

«Vaya, parezco famoso, otro que sabe mi nombre. Espero que este sea más majo que el anterior.»

—Perdón por venir con tantas prisas. No sé si lo sabes, pero soy el delegado de clase. El profesor creyó que te podrías haber perdido, así que me mandó a buscarte.— Dijo sonriendo un poco tímido.
—Oh, ya veo. Estoy bien, solo volví a clase por una cosa.—
—Me alegro de que esté todo bien, por cierto, mi nombre es William.— Dijo sonriendo de nuevo y extendiendo la mano.
Parecía bastante simpático, así que le di la mano y sonreí de vuelta.

—Bueno, démonos prisa. El profesor debe estar esperando.—
—Oh, por supuesto.—

Por el camino se puso a hacerme un poco de guía turístico, pero casi se lo agradecía porque no me conocía muy bien el instituto aún, a pesar de que llevaba allí casi una semana.

—Entonces ya sabes, si tienes alguna duda sobre algo puedes preguntarme.— Dijo William amablemente.
—Gracias por todo, de veras.—
—No es nada.— Respondió.

Salimos al patio y nos añadimos a la clase.

—Oh, aquí estás.— Dijo el profesor aliviado. —Les he dicho a vuestros compañeros que dieran dos vueltas a la pista corriendo para hacer el calentamiento general.—

William y yo asentimos con la cabeza y nos unimos a nuestros compañeros. No me gusta alardear de ello, pero se me da muy bien correr, de hecho en pocos segundos adelanté a todos los demás.
"Wow, ¿ese es el nuevo?" Escuché decir detrás de mí. "¡Sí, creo que se llama Jungwon!".

Cuando corría me imaginaba que dejaba atrás todos mis problemas y preocupaciones, y eso me ayudaba a despejar la mente.

—Está bien, ahora empezaremos jugando un partido de rugby.— Ordenó el profesor cuando todos llegamos a donde estaba él. —Ethan y Jay serán los capitanes. Chicos, podéis empezar a escoger quién irá en vuestro equipo. ¡Y no quiero peleas como la última vez!—

𝐈𝐭'𝐬 𝐎𝐮𝐫 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ▪︎ Jᴀʏᴡᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora