• Capítulo 7

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Ya era sábado, y el día pasó sorprendentemente rápido. Cuando me di cuenta eran las seis de la tarde.
William vino a mi habitación para acabar de ayudarme con el conjunto que me iba a poner para la fiesta. Dijo que me hacían falta "unos retoques" y me dejó prestados algunos accesorios más.
No había hablado con mucha gente durante el día, pero sabía que todos se estarían preparando para la fiesta.

William y yo cogimos un taxi al igual que ayer, le dijimos al conductor la dirección y nos pusimos cómodos.
—Estoy un poco nervioso.— Reconocí.
—Es normal, pero tranquilo, ya verás como no te arrepientes de ir de fiesta conmigo.— Dijo William guiñándome un ojo.
Nos quedamos unos minutos en silencio observando por la ventanilla como las nubes del cielo amenazaban con llover, hasta que Will sacó su teléfono y luego dijo:
—Jack me acaba de enviar un mensaje.—
—Oh, ¿Y qué dice?—
—Me pregunta que cuánto nos falta para llegar, nos está esperando.—

Efectivamente, cuando llegamos a la mansión vi a Jack afuera. Estaba junto a otro chico hablando tranquilamente. Nos bajamos del taxi y nos acercamos a ellos.
—Oh, llegáis justo a tiempo.— Dijo Jack sonriendo.
—¡Terry, cuanto tiempo sin verte!— Exclamó William abrazando al otro chico.
Al parecer era amigo de Jack, iba a la misma clase que él.
—Un placer conocerte.— Dije sonriendo y estrechándole la mano.
—Igualmente.— Respondió él amablemente.

Los cuatro miramos la casa, desde afuera ya se podían ver las luces de adentro y se escuchaba la música a todo volumen. Jack hizo un movimiento con la cabeza indicándonos que entráramos a la casa y Terry lo siguió. Will me miró y sonrió asintiendo con la cabeza como diciendo "todo va a estar bien", y seguidamente entramos juntos.

No podría describir el ambiente que había allí dentro. La mansión estaba llena de gente, algunos bebían, otros bailaban o había gente que hacía las dos cosas al mismo tiempo. A un lado de la sala había mesas llenas de aperitivos. Me fijé en la bola de discoteca del techo, un pequeño detalle que hacía brillar toda la estancia. También se podían ver luces de colores neones y rayos láser azules y verdes. A lo lejos vi a Ethan, el cumpleañero, metido en un carrito de la compra (prefería no saber cómo había acabado ahí dentro).
Benjamín estaba más cerca de nosotros, tenía un micrófono en la mano y me apunté en mi lista mental nunca ir con él a un karaoke.
Parecía estar cantando (más bien gritando) una canción de Bon Jovi mientras iba haciendo pequeños intermedios para saludar a sus amigos, por lo que sonaba algo así:
"She says, we've gotta hold on to- ¡Oh, Kai, has venido a la fiesta!, ¡Y tú también, Rachel, un saludoo! We got each other ~"

Seguí avanzando junto a Will, que no había dicho nada hasta el momento, o eso o no lo había oído por culpa de la contaminación acústica que llenaba la estancia.
Nos acercamos a la barra y me di cuenta de que, con todo el alboroto de la fiesta, no me había fijado en que Jay estaba sirviendo las bebidas hasta que estuve a menos de tres metros de él, por lo que ya era un poco tarde para darme la vuelta y huir.
—¿Qué os apetece, chicos?— Gritó para qué pudiéramos escucharle bien.
—Yo creo que tomaré un mojito.— Respondió William.
Jay se me quedó mirando esperando a que dijera algo.
—Y-yo... Es que- — Fruncí el ceño.

Un recuerdo que había intentado olvidar a toda costa invadió mi mente. Traté de sacarlo de mi cabeza, pero ya era demasiado tarde, las imágenes de <esa> noche pasaron fugazmente ante mis ojos.

Tenía un par de años menos que ahora cuando probé el alcohol por primera vez. Estaba en un bar con unos amigos, todo parecía ir bien, pero me emborraché y perdí el control de lo que hacía. Vi un montón de sangre sobre mis manos, cristales rotos por todas partes.

La música parecía sonar a lo lejos amortiguadamente y ahora lo único que escuchaba con claridad eran los latidos de mi corazón y un pitido interminable que parecía meterse en mi cabeza.

—¡Jungwon! ¿Te encuentras bien?— Preguntó William muy asustado mientras me agarraba de los hombros.
Jay salió de detrás del bar y vino a mi lado también. Agarró una silla y la puso detrás de mí. Me senté tratando de calmarme.
—Perdón, estoy bien. Es solo que me he mareado un poco.—
—Tranquilo.— Respondió Will tocándome la frente para ver si tenía fiebre. —Jay, dale algo con azúcar... Un zumo, por ejemplo.—
Jay asintió con la cabeza y volvió detrás de la barra.
—Jungwon, si te pasa algo puedes contármelo.— Me tranquilizó.
—Ya lo sé, Will. Es solo que no puedo beber alcohol.— Dije sin dar más explicaciones.
—Está bien, no tienes por qué beber alcohol entonces.—

Después de eso, todo fue mejorando. Ya no me sentía tan incómodo y había hablado con varias personas. El zumo también había ayudado a subirme el ánimo.

Salí con William y Jack a la pista de baile inmediatamente cuando empezó a sonar "Let's Groove":
—¡Chicos, mi canción!— Grité.
—¡Vamos, vamos!— Dijo Will mirándome a mí y a Jack. Entre los dos me agarraron de las manos y me llevaron hasta la pista de baile.
—Enséñales lo que sabes hacer.—
Will parecía estar muy seguro de mí, incluso más que yo mismo. En varias ocasiones le había contado que me gustaba mucho bailar, por lo que quería que se lo mostrase a todo el mundo. Más gente empezó a amontonarse a mi alrededor, dejando un círculo para que pudiera bailar.

—¡¿Ese es Jungwon?!— Gritó Benjamín a lo lejos.

De la nada, todos empezaron a gritar mi nombre mientras bailaba.
—¡Yang Jungwon! ¡Yang Jungwon!— Me pareció ver a algunos que incluso sostenían sus móviles, probablemente grabándome.

Cuando acabé de bailar me fui un poco sonrojado por los cumplidos constantes que me hacía la gente.
—¡Has estado genial!— Gritó Jack felizmente.
—Chicos, gracias por obligarme a salir a la pista de baile, no me arrepiento.—
—¡No es nada, todos merecen ver tu talento!— Presumió Will.
Sonreí orgulloso y luego dije:
—Bueno, esperad aquí, tengo que ir un momento al baño.—
William y Jack se quedaron hablando mientras yo me alejaba de la multitud. Avancé por un pasillo pensando «Vaya, sí que es grande esta casa, podría hasta perderme aquí dentro.» Miré los cuadros de las paredes, todos eran de hermosos paisajes naturales. Al final del pasillo vi una puerta entreabierta de lo que parecía ser el baño, así que fui hasta allí.

Cuando me asomé vi a Jay lavándose la cara. Me quedé unos segundos parado y cuando él levantó la cabeza me vio a través del espejo. Nos quedamos mirándonos mutuamente hasta que rompí el contacto visual y me di la vuelta para dirigirme afuera y esperar a que él acabara, pero antes de poder cruzar la puerta, Jay me agarró del brazo.

—Espera.— Dijo.

𝐈𝐭'𝐬 𝐎𝐮𝐫 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ▪︎ Jᴀʏᴡᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora