• Capítulo 17

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Después de salir del armario, («ja, ja, que gracioso suena eso.» Pensé de manera sarcástica.) Jay y yo nos sentamos de nuevo junto a nuestros amigos. Los dos parecíamos un poco incómodos.
—Se me han entumecido las piernas de estar tanto rato ahí dentro.— Dije yo sabiendo perfectamente que era algo más que eso.
—Ya, pero ¿Por qué estás tan rojo?— Preguntó Will mirándome fijamente a los ojos, por lo que se me hacía difícil mentirle.
—B-bueno, hace calor.—
—Pero si afuera está casi nevando.— Respondió Ricky metiéndose donde no lo llamaban. Esta vez decidí no responder, que creyesen lo que quisieran, Jay tampoco dijo nada.
Seguimos jugando, pero cada vez que mi mirada se encontraba con la de Jay sentía que me iba a derretir. Los dos sabíamos que si Jack no hubiera llegado justo en ese momento… Bueno, sería mejor no pensar en eso.

Me di cuenta de que todos se me quedaron viendo, menos Jay, que estaba mirando para otro lado, y no entendía por qué hasta que vi que la botella me apuntaba a mí.
—Perdón, estaba distraído, ¿Qué ha pasado?— Pregunté confundido.
—A Terry le ha tocado el reto de besar a alguien y…— Explicó Will mirando la botella que me señalaba.
«¿A quién se le ocurre poner un reto así…?»
No dije nada, solo miré a Terry y este parecía estar intentando descifrar mi expresión.
—Bueno, puedo beber, no me importa.—
Seguí callado pensando: «Perderá el reto por mi culpa, aunque ha dicho que no le importaría beber…»
—Tranquilo, será mejor así.— Dijo Terry agarrando la botella de licor.
—¡Espera, entonces Jungwon también tendrá que beber!— Dijo Benjamín emocionado.
Me entró el pánico por un momento, pero Will me salvó, como siempre.
—Él no quiere beber.—
Todos se quedaron en silencio.
—Entonces yo tomaré su castigo y beberé por él.— Dijo Terry nuevamente para no hacerme pasar un mal rato.
—¡Amigo, como te gusta el alcohol!— Exclamó Ethan.
Todos rieron, pero yo sabía que Terry solo trataba de ayudarme, así que le sonreí agradecido.

—Bueno, entonces le pasamos el reto a alguien más.— Dijo Benjamín despreocupado mientras volvía a girar la botella.
Esta apuntó a Jack.
—Jack con…— Comentó. —¡Ethan!—
Todos dejaron de reírse y nos quedamos quietos esperando una reacción.

Finalmente Jack se levantó y se dirigió hacia Ethan.
—¡Beso! ¡Beso!— Animó Ricky.
—E-espera, no puedo hacerlo, tengo novia.— Replicó Ethan frunciendo el entrecejo.
—Tu novia no está aquí.— Le recordó Jack mientras se abalanzaba sobre él, sentándose encima. —Además, solo será un beso de colegas, ¡Ven aquí!—
—¡Pero es raro de todos modos!— Ethan forcejeó un poco, pero al final se dejó besar.
Todos pensábamos que se iban a dar un pico, pero el beso duró un poco más. Miré a Will, que parecía estar tan sorprendido como yo.
Jack se separó de él y luego dijo satisfecho:
—Pues no besas tan mal.—
—¡Aparta, y n-ni una palabra a Hanna sobre esto!— Dijo Ethan un poco nervioso mirándonos a todos.
—Tranquilo, solo era para reforzar la amistad.— Respondió Jack riendo mientras volvía a su sitio.

El resto de la noche nos lo pasamos jugando a otros juegos de mesa y hablando tranquilamente. Sinceramente, me lo pasé muy bien.

El sábado por la mañana me encontraba sentado en un banco del patio, observando tranquilamente como algunos chicos jugaban al fútbol. Bueno, físicamente estaba ahí, mentalmente seguía dentro del armario de Jack… No podía parar de pensar en lo que había pasado ayer.

De repente alguien se sentó a mi lado y cuando me di cuenta de que era Jay me estremecí.
—Perdón, te he vuelto a asustar.— Dijo él sonriendo avergonzado.
—No pasa nada.—
«¿Por qué aparece justo cuando estaba pensando en él? Qué miedo…»
—Bueno, venía a traerte esta magdalena por si tenías hambre.— Dijo Jay de repente entregándomela.
—Oh, gracias, aún no había desayunado.— Respondí feliz.

Me estaba empezando a sentir más cómodo con Jay, cosa que me parecía extraña, pero sería mejor llevarse bien con él, ¿No?

—¿Te gusta el fútbol?— Preguntó dándose cuenta de que estaba mirando a los chicos jugando.
—No está mal, pero prefiero el ping-pong.—
—¿El ping-pong es un deporte?— Preguntó él riendo.
—Pues claro que sí.— Respondí como si fuera obvio mientras le daba un mordisco a la magdalena.
Jay se me quedó viendo unos segundos y luego apartó la mirada.
—Quería proponerte algo…— Dijo él de repente.
Me sorprendió que dijera eso. «¿Jay tiene algo que proponerme? Vaya, no sé por qué tengo una mala impresión…»
—Dime, ¿Qué es?—
—Bueno, te quería preguntar si te parecía bien ser…— Hizo una pequeña pausa. —Mi compañero sexual.— Dijo él un poco avergonzado.

Me lo quedé mirando boquiabierto, ya que no sabía como reaccionar. La pregunta fue tan repentina y extraña que pensaba que estaba soñando. «Este chico… realmente es un gilipollas. Bueno, y yo también, por creer que había cambiado…»
—¿Eres imbécil? Pregunté levantándome del banco.—
—Y-yo… Bueno, solo era una propuest- — Intentó excusarse Jay.
—¿Crees que soy tan fácil?— Lo interrumpí. —¿Estos días solo me has tratado mejor para conseguir tener sexo conmigo?— Suspiré incrédulo.
Se me empezaron a saltar lágrimas de la rabia que estaba sintiendo, y Jay se levantó del banco.
—Espera Jungwon, ¿P-por qué llor- — Antes de que pudiera acabar la frase le espeté:
—¡No me toques!—
Jay se me quedó mirando con cara apenada y luego trató de seguir diciéndome:
—Bueno, pensé en proponerte eso porque nos beneficiaría a los dos.—
—Solo quieres utilizarme.— Le respondí asqueado.
—Jungwon no es eso…— Titubeó él. — ¿Sabes? He visto como me miras, como reaccionas cuando estoy cerca, incluso anoche- —
—Ni se te ocurra mencionarlo, te aprovechaste de mí.— Le recordé.
—¡No me detuviste!—
—Eres un cerdo.— Respondí. —Niégame que te gustó. Venga, dímelo, de hecho aún me tienes que decir la “verdad”.—

Tenía razón, en el juego de anoche no pude decirle si me gustó o no, y tenía que decirle la verdad…

—¡Pues sí, lo reconozco, me gustó! ¿Estás contento?— Dije derramando más lágrimas. —Pero no me gusta que me usen y tú solo has hecho eso desde que nos conocemos. Llevas molestándome desde que llegué aquí, solo para entretenerte. Luego me obligaste a hacer “eso”, amenazándome con decirles a todos sobre mi secreto. Y para colmo, cuando pienso que tal vez en el fondo seas buena persona ¿Vienes y me propones esto? ¡Pues la verdad es que estoy harto!—
Jay no dijo nada, se quedó pasmado por un momento.
—Estoy harto de sentirme así.— Dije secándome las lágrimas del rostro.
—L-lo siento mucho…— Jay se acercó más a mí.
Yo reaccioné pegándole un puñetazo. No me iba a dejar engatusar de nuevo.
Se encogió agarrándose la cara por el dolor y luego me volvió a mirar.
—Jungwon, no pretendía hacerte sentir así.—
—¿Que no pretendías qué?— Le volví a pegar una bofetada.
Jay no se estaba defendiendo, lo que aún me daba más rabia porque sabía que se estaba conteniendo.
—Solo quería llamar tu atención, pero sé que esa manera no fue la correcta…—
Dejé de escuchar lo que estaba diciendo cuando me di cuenta de que el labio de Jay estaba sangrando. Me vino un recuerdo a la cabeza… Y escuché otra vez ese infinito pitido.

Volvía a tener un par de años menos y estaba en aquel bar.
—John, déjalo, solo es un maricón.— Dijo mi ex mejor amigo.
—¿Qué me has llamado?— Pregunté enfadado.
—¿Yo también te gusto?— Dijo otro chico de mi grupo de amigos.
—Creo que si te damos una lección se te arreglará la cabeza y te volverán a gustar las mujeres.— Añadió John, el chico del que llevaba un tiempo enamorado.
Entonces empezaron a pegarme hasta que no me pude levantar del suelo. Cuando recuperé un poco la conciencia, agarré una de las botellas de alcohol vacías y la rompí. Traté de controlarme y decirme a mí mismo que yo no era como ellos. Realmente no sé si fue culpa del alcohol o no, pero empuñé la botella rota como si fuera un cuchillo y se lo clavé a John en un hombro, de repente tenía las manos llenas de sangre.

Volví a la realidad y sentí que la cabeza me iba a explotar del dolor. Me intenté sentar en el banco para no caerme, pero ya era demasiado tarde. Mi vista se oscureció y lo último que vi fue a Jay tratando de agarrarme.

𝐈𝐭'𝐬 𝐎𝐮𝐫 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ▪︎ Jᴀʏᴡᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora