Lisa.
Termino de ayudarlo a curarse las heridas, limpio en el lavabo del baño del hotel las toallitas que me ha dado para limpiar su sangre, nos hemos gastado todo lo del botiquín de primeros auxilios que nos dieron en la recepción. Es un hotel lujoso a donde hemos venido antes, no le hacen preguntas.
—Debería ir a la farmacia y comprar más —digo.
Me mira por el espejo mientras cura su rostro.
—No, no salgas, es tarde ya.
Lo ayudo a quitarse la camisa, tiene hematomas por el cuerpo y me da un poco de vergüenza, ha sido mi padre quien lo ha golpeado, pero también recuerdo las veces que me ha golpeado a mí y lo siento como una pequeña victoria, mi padre no le hizo ni la mitad de lo que él me ha hecho a mí. Lo ayudo a ponerse una franela.
—Maldita perra, por tu culpa, por puta. ¿Crees que no sabía que te echabas a ese imbécil?
Bajo la cara y me quedo callada. Le paso la toalla húmeda, se la pasa por la cara y sacude la cabeza.
—Tu padre amenazó con arruinar mi carrera. ¿Qué tal si yo arruino a su hija?
—No hará nada. Lo desmentiré.
Afirma y regresa la vista al espejo.
—Quítate la ropa —dice molesto. Desde que nos bajamos del auto dejó de tratarme bien y de agradecerme por venirme con él.
Me quito el vestido y él me mira atento, no traigo sujetador así que mis pechos quedan al aire, me saco la ropa interior, él alza una ceja y suspira mientras me recorre con la vista, sonríe y se acerca a mí, me toma por las caderas.
—No se me olvida que me estabas rechazando.
—Me dolía.
—¿Y ahora?
—Aún me duele.
Recorre mi espada con sus manos, aprieta mis pechos y gruñe sobre mi oído, comienza a quitarse el pantalón, lo ayudo. Me toma por los cabellos y me los tiempla duro, cierro los ojos y contengo el grito de dolor.
—Ahora pagarás por lo que me hizo tu padre —dice.
—No, por favor —grito.
Me da una bofetada y me lanza al piso, me abrazo a mí y trato de cubrir mis pechos. Me pongo en posición fetal y espero que los golpes se detengan, está golpeado y cansado, no me golpeará por mucho tiempo, me escupe y me da golpes con la mano por la cara, no la cubro así que siento su fuerza sobre mi nariz y ojos; se detiene en seco, me alza y me lanza sobre la cama, abre mis piernas y se coloca sobre mí, me penetra y contengo otro grito de dolor, sus embestidas son duras y rápidas, cierro los ojos y me aferro a él mientras me toma.
—Me estoy cogiendo a la perra de tu hija, Dong Hae, que se cree todo poderoso —grita entre jadeos.
Quiero llorar, me muerdo el labio inferior y me concentro en el acto, acaba dentro de mí y besa mi hombro, mi mejilla. Me abrazo a él.
—No quiero hacerte daño, mi preciosa, pero odio a tu padre, te juro que lo odio, y tu deberías odiarlo también, tu puedes ser la madre de mis hijos. Serán hermosos.
Sonrío. Afirmo.
—¿Me perdonas? —pregunta dejando un camino de besos por mi clavícula.
Es la primera vez que me pide perdón. Me abrazo más a él.
—Sí.
—Ves, mi amor, voy a dejar mi semilla en ti, y nuestros hijos serán los herederos de todo lo que tiene tu padre. ¿Qué te parece?
Afirmo y sonrío, siento un poco de nervios y miedo, pero no de él, de mí, quiero golpearlo, darle con algo duro por la cabeza hasta que se desmaye. Quiero hacerle heridas en el rostro, en los brazos, dejar que se desangre.
Me lleva a la bañera y me baña con delicadeza, besa cada golpe que dejó una marca sobre mi cuerpo, juega con sus dedos dentro de mi, mientras me lava, cierro los ojos y echo la cabeza para atrás mientras disfruto de su toque hábil, en nada me tiene retorciéndome de placer dentro de la bañera. Se ríe.
—Este cuerpo es mío por completo, para gozar o... castigar —dice.
Me quedo dormida por segundos, cuando abro los ojos, él se está dando un baño, salgo de la bañera y seco mi cuerpo mientras lo observo bañarse, me sonríe. Si no supiera quien es y lo que me hace, pensaría que estoy en un sueño con un hombre tan atractivo y carismático. Paso hasta la habitación y me dedico a acicalarme con lo que consigo, me coloco cremas, me peino y reviso toda la habitación. Trato de cubrir el golpe sobre mi ojo, pero es inútil, se verá mal.
Consigo un juego de manicura que uso enseguida.
—A dormir, nena —dice mientras se pone un bóxer. Me llama para la cama. Me acerco y me abraza por la cintura.
Besa mis labios con ternura, me entrego al beso y dejo que su lengua jugueteé con la mía, casi como la primeras veces que lo hacíamos, cuando no sabía que era un mounstro, no quiero pensar en matarlo, o en matarme, así que me pierdo en las caricias de nuestros cuerpos, lo beso apasionadamente, gruñe y me alza, quedo a horcajadas sobre él mientras está sentado en la cama.
Aprieta mis glúteos y mis pechos.
—Eres hermosa, Lalisa, por eso no te puedo dejar. Dejé a mi novia por ti, ¿sabías?
Lo sabía. Fingí que no. La vi llorar por él en sus redes sociales, dijo que él era violento con ella, que le había sido infiel más de una vez y que todas las veces lo perdonó, que le perdonó cosas imperdonables y que ahora la dejaba por una puta. Por mí.
Lo empujo sobre la cama y recorro su torso con mis manos, sonríe porque sabe lo que haré, recorro su abdomen perfecto y bajo mi cabeza hasta besar su vientre, gruñe y coloca ambas manos sobre mi cabeza y me llevo su miembro a la boca, lo tomo entre mis dientes y comienzo a darle placer, lo oigo satisfecho.
—Súbete, ven, quiero acabarte adentro —dice jadeante.
Me separo de él y cubro su boca con lo que se usa para cubrir los ojos, me mira divertido, acomodo mi cabello hacia el otro lado y le clavo el corta cutículas en su abdomen repetidas veces, junto a sus testículos, lo oigo gritar, sale un chorro de sangre lo que me altera, me alejo y él se dobla de dolor sobre la cama. Lo oigo maldecirme. me limpio las manos y me coloco una bata encima y salgo de la habitación corriendo, bajo por el ascensor con el corazón acelerado, las manos temblándome, y noto que estoy descalza.
Me acerco a la recepción.
—Mi padre ha sufrido un infarto, debo irme, ¿me llama un taxi? —digo desesperada.
Él chico de la recepción se pone nervioso y me señala los taxis que están aparcados afuera del hotel.
—Tome cualquiera de esos. La llevarán —dice apresurando las palabras.
Corro hacia ellos y me subo a primero que me atiende.
—¿A dónde la llevo?, señorita.
Le doy la dirección de Taehyung.
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LOCA POR TI (Taelice)
عشوائيLalisa Manoban es una linda chica de papi que tiene al mundo a sus pies. Pero hay algo que ella quiere y no tiene: y es Kim Taehyung, ella no solo lo quiere ella lo necesita. La atención de un hombre cercano a su padre, un joven empresario con 32 añ...