Sunrise

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Siguieron abrazados por un buen rato, hasta que se hizo más oscuro y tuvieron que irse del parque.

Mientras caminaban juntos, Quackity notó algo extraño en su, ahora novio, Spreen, quien caminaba con las manos en los bolsillos con cuidado, como si tuviera miedo de algo futuro.

—. ¿Sucede algo? Te veo inquieto - dice Quackity, acariciando suavemente la mano que tomaba la suya.

Spreen sonrió, negando con la cabeza —. No es nada, sólo mi padre - responde, suspirando pesado —. Me aterra imaginar lo qué podría hacer si se entera de ti, de nosotros, de lo nuestro.

Quackity lo miró con tristeza, agacho la cabeza y suspiró, avergonzado por lo que diría.

—. Si quieres, podrías quedarte en mi casa por hoy - ofrece sin mirarlo directamente a los ojos.

Spreen se sorprendió, porque no esperaba que lo invitara a pasar la noche. Ninguno de los dos había ido a la casa del otro, hasta ese momento. Y aunque quería rechazar la oferta para no causar molestias, realmente quería ver la habitación del chico de su corazón.

Al final, aceptó y fue hacia la casa de Quackity, donde entraron con bastante sigilo y silencio hasta llegar a su habitación.

—. Mi mamá debe de estar dormida - susurra, dejando su chaqueta en una silla —. Perdón por el desorden, no esperaba visitas.

Su habitación era cálida, saber que ese lugar era de Quackity le daba una sensación de protección y paz. Se sintió cómodo en la cama, y durmió tranquilo esa noche con Quackity a su lado.

Realmente no sabe qué haría sin él.

A la mañana siguiente, la señora de la casa se llevó la sorpresa de encontrar a un desconocido en la cama de su hijo.

Spreen se despertó por el sonido de varias voces en la habitación, llevándose la sorpresa de encontrar a su novio y su suegra discutiendo.

—. Bueno, dijiste que lo querías conocer - dijo Quackity, sonriente.

—. Dios santo, Quackity, pero así no, corazón - dice la mujer, sujetándose el puente de su nariz con estrés.

No quiso interferir, por lo que fingió continuar durmiendo, hasta que los escuchó salir de la habitación y hablar suave en el pasillo.

Quackity entró a la habitación sonriente, feliz a más no poder.

—. Buenos días - saluda, contento.

—. Buenos días - saluda de regresó, algo temeroso por lo que le diría.

—. Mamá nos espera para desayunar, vamos - dice, ordenando un poco antes de salir.

Spreen siguió a Quackity, bajando al comedor donde estaba una mujer cocinando varias cosas que olían exquisito a su parecer.

—. Buenos días - saluda, tímido y algo apenado por amanecer en su casa así como así.

—. Buenos días, corazón. Ponte cómodo, serviré el desayuno pronto - se sintió extraño al recibir una bienvenida amable, ni siquiera sus familiares más cercanos lo recibían así.

Disfrutó el desayuno como nunca antes había disfrutado un desayuno en su vida. Ahora entendía de dónde sacaba Quackity ese talento culinario de la cocina, su madre era igual de buena preparando comida.

Agradeció por la comida formalmente y se fue rápido para cambiarse e ir a la escuela.

Sabía que su padre no estaría por la mañana, así que entró por la puerta y se fue directo a su habitación, se cambió y salió rumbo a la escuela.

Estando allá, saludo a Quackity y lo abrazó con fuerza.

El menor se rió ante la repentina acción, sonriendo y correspondiendo el abrazo.

Entraron a la escuela y comenzaron a hablar, ignorando nuevamente la cámara que los captaba desde la entrada. 

My Boy - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora