Unión de mundos

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Las siguientes semanas fueron perfectas para Quackity y Spreen, donde de lunes a viernes disfrutaban de la compañía del otro en receso y las comidas, así como de la típica convivencia luego de clases en el salón de música.

Además de sus citas "no oficiales", o eso decían ellos, donde salían a comer, ver películas, jugar en el arcade, y demás cosas. Pero la mejor parte para ambos era la despedida, donde ambos se despiden amablemente y se dan un suave pico en los labios.

Se habían acostumbrado al otro, al toque del otro, a su presencia, al apoyo, al recuerdo, a su simple esencia de existencia, donde lo que llenaba sus corazones era saber que de lunes a domingo se iban a ver como siempre.

Despertar cada día, alistarse para ir a estudiar, y saber que verían a su persona favorita.

—. Te ves muy ilusionado, ¿pasó algo? - pregunta su padre, sacándolo de su bella ensoñación con el romance de su vida.

Spreen volvió a su rostro serio, negando con la cabeza.

—. No, sólo recordé que aprobé la materia que creí reprobar - responde, desviando el tema.

Su padre no dijo nada en un principio, quedándose en silencio y observando su comportamiento.

—. La ama de llaves me ha comunicado que sales mucho últimamente, ¿a dónde vas? ¿Qué has estado haciendo? - el interrogatorio de su padre le provoca estrés.

No puede decirle nada, porque no quiere perjudicar a Quackity ni echar a perder la relación que está construyendo con él, por lo que guardar silencio era lo mejor.

—. Nada, sólo salgo con mis amigos, voy a mis prácticas de fútbol o me quedo caminando - responde, desinteresado por la opinión de su padre.

—. Está bien, Spreen. Haz lo que quieras con tus amigos. Pero eso sí, mucho ojo con no embarazar a una muchacha - le dice su padre, señalándole con el dedo.

Él sonrió, asintiendo, sabiendo que eso jamás sucedería.

—. ¿Por qué sonríes? - preguntó su padre, severo.

Él negó con la cabeza, borrando su sonrisa de inmediato.

—. Nada, sólo me causó gracia algo que recordé - responde, suspirando pesado.

—. ¿Sabes? No me gustaría que hablarán de ti - dice su padre, tosco como siempre.

—. ¿A qué te refieres? - pregunta, confundido y cansado ya de escucharlo.

—. Me refiero a qué no quiero que digan cosas sobre ti, de que andas con alguien que no debes. La mujer con la que tienes que estar debe ser la más bella de todas, preciosa, como tu madre. Debe ser servicial, que sepa su lugar para ti, que sepa ser lo que es una mujer - dice su padre, haciéndolo sentir hastiado —. Sobre todo que sepa muy bien hacer el "ya sabes qué", pero que no sea una ramera.

El último comentario acabó con la gota de su paciencia, haciéndolo levantar de la mesa con demasiado enojo.

—. ¡Ya basta! ¿Por qué tienes que hablar así de las mujeres? - exclama furioso, conteniendo su ira en sus puños.

—. ¿Qué? ¿Si sales con una puta o cómo? ¿Por qué te afecta? ¡Sos un hombre Spreen! ¡Naces para conquistar a las mujeres y quedarte con la mejor! - le responde su padre, en ese tono enfadado que tanto lo asqueaba.

—. ¿Así elegiste a mi madre? - pregunta, con los ojos llorosos llenos de impotencia. Sentía tanta ira que sólo podía expresarla con lágrimas, odiaba tanto ese rasgo suyo, lo hacía sentir débil ante su padre, quien no se inmuta ante nada.

My Boy - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora