Unwavering

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—. ¿Sabes que te extrañe mucho? - pregunta Spreen, acariciando el abdomen del menor —. Pensé en ti cada día, creo que eso fue lo que más me dolió: tu recuerdo.

Quackity lo miró con pena, sintiendo su amargura. Acarició suavemente su cabello y lo escuchó suspirar, respirando pesado también.

—. También te pensaba cada día, tu recuerdo me llenaba de ganas por avanzar en mi carrera, para poder ayudarte también - respondió Quackity, suspirando al sentir las suaves caricias por su abdomen.

Spreen sonrió, alzando el rostro para encontrarse con el rostro de Quackity, sintiendo una presión en su vientre que le hizo jadear, sentía cosquillas por todo su cuerpo y una emoción indescriptible.

Quackity agachó el rostro, encontrando los ojos amatistas fijos en él, con un brillo tan apasionante que lo sentía rebotar en su estómago.

Habían estado hablando durante dos horas en la habitación de un hotel, ocupándose de resumir sus vidas cuando no se veían y las cosas que lograron; pero sin querer, las manos de Spreen acariciaron un poco más abajo del vientre, colocándose suavemente en la pelvis del menor.

Sus rostros comenzaron a acercarse hasta formar un suave beso de un par de segundos. Quackity se sentía tembloroso por el toque, pero no se apartó, permitiendo que Spreen jugará con el borde de su pantalón.

—. ¿Puedo? - pregunta el mayor, apoyándose sobre su brazo para ponerse a la altura de Quackity y poder besar mejor sus labios.

—. Sí - responde el menor, enredando sus brazos alrededor del cuello de Spreen, terminando por unir sus labios mientras Spreen bajaba sus pantalones.

Quackity sintió su cuerpo erizarse al sentir su miembro ser masturbado junto al de Spreen, pese a la edad, nunca encontró a alguien más con quien tener intimidad, simplemente no podía hacer algo así con cualquiera, necesitaba un lazo, uno tan importante como el que lo ataba a Spreen.

—. ¿Te gusta? - jadea el mayor sobre sus labios, colocándose entre sus piernas para mover su pelvis y embestir su propia mano, creando fricción entre ambos miembros.

—. Sí, me gusta - respondió, acercándose para besarlo.

Los besos continuaron dándose entre ellos, haciéndolos abismar en un mar de sensaciones indescriptibles.

Las caricias eran nuevas, aunque ya habían experimentado algo así con alguien antes, sentían que entre ellos era distinto, era nuevo, era especial.

Spreen bajó sus besos hasta su cuello, dejando marcas rojizas que hacían jadear a Quackity.

—. M-me voy a venir - avisa el menor, tomándolo por los hombros para alejarlo.

Lejos de eso, Spreen bombeo ambos miembros con más fuerza y rapidez, por lo que ambos eyacularon sobre su mano y sus abdómenes.

—. Te amo - susurra Spreen, tomando el semen de su mano para dirigir sus dedos a la entrada del menor, haciendo que se tensara.

No introdujo nada, simplemente acarició el anillo mientras lo besaba suavemente, suspirando sobre sus labios y frotándose contra su cuerpo. Quackity correspondió a los toques, enredando sus brazos en su cuello y besándolo con el mismo fervor.

—. ¿Puedo? - pregunta, presionando suavemente la entrada.

No hizo nada hasta que Quackity afirmó, sólo entonces pudo adentrar su dedo en la estrecha cavidad del menor.

Sintió cómo se tensó bajo su cuerpo, por lo que movió sus dedos con cuidado y suavidad, haciendo los movimientos lentos para que se acostumbrara.

—. ¿Se siente extraño? - pregunta Spreen, besando sus mejillas con delicados besos.

My Boy - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora