Capítulo número dos: Fiore mia

9 1 1
                                    

[[ Salí, corriendo, de la tienda de campaña, vestida con mi sombrerito de exploradora y mi vestido de tela ligera, color azul celeste. Ansiaba ver a las mariposas tomar en Sol, había esperado mucho por ello.

Una vez llegué a un claro de aquel bosque tropical, me senté a los pies de un árbol, mirando expectante las flores, con los binoculares de mi padre colgándome del cuello. Nos encontrábamos de excursión, papá nos llevó, a mamá y a mí. Era temporada en que, la mayoría de las mariposas lograban romper sus capullos y volar libres.

Emocionada observaba, con los ojos bien abiertos, cuando, a lo lejos pude distinguir una Morpho azul, volando cerca del suelo. Su color azul intenso me sacó una sonrisa, era hermosa. Detrás de aquella primera amiguita alada, venían más, un grupo, no muy grande, pero suficiente para deleitar a mi pequeñito corazón de ocho años.

Admiraba a aquellas hermosas criaturas, batiendo sus alas con tanta delicadeza y elegancia, hasta que se posaban en una flor. Ya asentadas, extendían por completo sus alas, captando la mayor cantidad de luz solar posible.

Maravillada decidí acercarme, lentamente, para no asustarlas. Inesperadamente, la pequeña azulada se percató de mi presencia, pero no huyó, sino que voló hasta mí, aterrizando en mi dedo índice, era lo más bello que mis ojos habían visto.

De repente una explosión cercana espantó a las mariposas, incluida la que tenía en mi mano. Sorprendida miré en dirección al sonido, viendo como un pilar de humo se alzaba, dónde se suponía estaba nuestro campamento.

Corrí a toda la velocidad que una pequeña niña podía tener, sin mirar atrás y sin importar por donde pasaba, papá y mamá estaban allí, debía cerciorarme si se encontraban bien.

Ya ahí, me dispuse a entrar a la tienda de campaña, pero una voz desconocida me detuvo.

—Etaín, no hagas esto más difícil, la niña vendrá con nosotros tarde o temprano, es su destino, fue el tuyo —asomé la cabeza por una esquina y pude ver como esa mujer de cabello cobrizo y corto, tomaba del pelo a papá, mientras él estaba atado a una silla.

—No quiero que ella sufra como yo... como nosotros ¿A caso no entiendes todo el daño que esa organización nos causó? —En ese momento iba a salir de mi escondite, sin embargo, la mirada de mi padre me detuvo, sus ojos reflejaban miedo y determinación, por lo que cedí, me volví a esconder, cosa de la que me arrepentiría toda mi vida y que en ese momento no sabía.

—Nunca vas a cambiar de parecer ¿Eh? ¿Por qué te empeñas tanto en ser un rebelde sin causa? Desde pequeño siempre te gustó desobedecer a papá, incluso quieres borrar tus raíces con tinte negro barato. Para lavar la sangre en tus manos, no es suficiente teñirte el cabello o huir del pasado, nunca podrás hacerlo— La mujer cortó parte del cabello de él, con el cuchillo que llevaba en la mano.

—Puede ser que no pienses igual a mí, hermana— La última palabra salió con asco de la boca de él—, pero mi hija no será parte de ustedes, jamás será una asesina, como yo, eso será sobre mi cadáver.

—Si tú lo dices, hermanito — Cuando vi como ella acercaba el cuchillo a la garganta de papá iba a gritar, pero una mano en mi boca me lo impidió.

Todo ocurrió tan rápido que no pude reaccionar. Aunque mamá me frenó, queriendo sacarme sana y salva, la imagen de como ese cuchillo cortaba lentamente, con crueldad, el cuello de quién me dio vida, se quedó grabada en mis memorias.

Lloraba y pataleaba en la camioneta, mientras mi madre intentaba darme consuelo. Nada lo haría, nada borraría ese horrible momento de mi mente. Podría seguir con vida, gracias a ella, pero una parte de mí murió aquel día, junto a mí padre.]]

My destiny (EN DESARROLLO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora