かごめ (Kagome)
Ahora mismo sé que esta es la batalla más difícil de todas las que hemos librado hasta este momento. Estamos completamente rodeados y sin vía de escape. Kagura nos corta el paso. Inuyasha es un niño y yo cuento con un suministro limitado de flechas. Y, por si todo lo anterior fuera poco, el monstruo polilla que causó todo este problema en primer lugar se encuentra frente a mí como un grotesco zombie revivido por un fragmento de la Perla.
Además, aunque no se lo comento a Inuyasha, no me creo que Naraku no esté por aquí. El hecho de que Inuyasha esté en una posición tan extremadamente vulnerable es un aliciente demasiado grande como para que ese demonio no se aparezca por aquí. Si Inuyasha no puede captar ni su olor ni su presencia, puede que Kanna lo esté ocultando y también puede que se encuentre demasiado lejos como para que yo perciba sus fragmentos de la Perla.
Son demasiados aspectos que ignoro y demasiadas incertidumbres en los que sé. Y, de más está decir que eso me preocupa y me aterra a partes iguales.
—No tengo miedo. Estás conmigo.
Sin embargo, con una sola frase, Inuyasha se las arregla para regresarme a lo realmente importante. No hace que mi miedo desaparezca como por arte de magia, pero sí hace aparecer por arte de magia una nueva clase de valentía, una que no sabía que tenía. Siempre se las arregla para sorprenderme y para que me supere a mí misma.
Me tomo un instante para evaluar la situación. El peligro principal ahora mismo son Kagura y la polilla zombie. Pero tampoco nos podemos descuidar de los demonios que nos rodean y que, al parecer, esperan la orden de Kagura para atacar. Y no me puedo confiar en que Naraku no esté por aquí, pero eso debo dejarlo en un compartimento secundario en mi mente.
Mi tiempo de análisis se ve brutalmente interrumpido cuando la polilla, con más velocidad de la que cabría esperar, se lanza sobre Inuyasha. Por suerte, ya tenía una flecha preparada y la disparo antes de que siquiera tenga tiempo de llegar a él. Sin embargo, mientras busco una nueva flecha, me siento empujada por una corriente invisible que, solo puedo suponer, proviene de Kagura hasta que golpeo el tronco del Árbol Sagrado, lo que me deja sin aire y algo confundida por unos segundos.
Lo siguiente que sé es que es que Inuyasha se lanza sobre Kagura lo que me da a mí la oportunidad de encargarme de la polilla zombie.
No es una pelea muy larga o trabajosa, a pesar de lo que podría parecer y solo me toma proyectar mis poderes espirituales en otras dos flechas para destruirlo por completo y tomar y purificar el fragmento de la Perla que lo mantenía anclado a este mundo. Es una tarea en extremo asquerosa, pero que me he tenido que acostumbrar a hacer desde que llegué aquí.
Me volteo justo en el momento en el que Inuyasha viene hacia mí con el tessen de Kagura y, mientras preparo una flecha porque, a pesar de esta primera victoria, sé que la batalla no ha terminado, y observo claramente cómo todos los demonios me han hecho su objetivo.
Lamentablemente no contaba con que Kagura tuviera un segundo abanico y los siguientes segundos son extremadamente confusos.
—¡Danza de las cuchillas!
Una corriente de viento acompaña al grito de Kagura y me vuelvo a ver lanzada contra el Árbol Sagrado, pero esta vez algo golpea mi estómago y al bajar la vista me fijo en que es el cuerpo inconsciente de Inuyasha. Cuando me fijo bien, veo una herida bastante profunda en su espalda, lo que significa que una de las traicioneras cuchillas de Kagura lo golpeó.
—Inuyasha —lo llamo desesperada mientras lo abrazo—, despierta, por favor.
Veo que abre los ojos lentamente. Lo noto algo confundido, pero, como siempre, se centra rápidamente en el problema.
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Shiroi Hana
FanficTras una nueva discusión con Inuyasha, Kagome se encuentra con un monstruo que transforma a sus presas en bebés. Como resultado de la batalla contra este, Inuyasha es convertido en niño, así que ahora todos buscan la forma de regresarlo a su estado...