Capítulo 21: Proposición

99 12 1
                                    

かごめ (Kagome)

—Entonces, ¿tú vas a ser mi esposa?

Decir que me quedé de piedra era decir poco. ¿Cómo se supone que reaccione una mujer que lleva los últimos 5 meses de su vida enamorada cuando le proponen matrimonio? Porque Inuyasha me acaba de proponer que me convierta en su esposa, no tengo dudas de eso. Mi oído no tiene problemas. Pero me da miedo pensar que estoy empezando a experimentar episodios de locura que me hacen imaginarme que el hombre del que estoy enamorada me pidió que me convirtiera en su compañera. Y, dado que en esta época no existen los divorcios, sería una unión para toda la vida. Eso por no mencionar que Inuyasha no es precisamente dado a demostrar lo que siente, así que el hecho de que me lance semejante pregunta de esa manera significa que lo dice en serio. O todo lo serio que puede ser un niño.

Él es realmente increíble. Ya había llegado a esa conclusión, pero la evidencia de que lo es cada vez me abruma más, en el mejor de los sentidos. El Inuyasha adulto siempre me hace cambiar de una emoción a la otra constantemente, pero lo que me hace como niño no tiene nombre: lo mismo me estruja el corazón que me lo hace volar.

—¿Tú quieres que sea tu esposa? —estoy segura de que la esperanza se nota en mi tono de voz a pesar de mis intentos por disimularla.

—Claro —lo dijo como si fuera tan obvio que le parecía extraño que yo no lo entendiera.

—¿Por qué? —pregunta estúpida del día y mi romántica interior me da golpes mentales porque debería estar diciendo que sí sin dudarlo, pero mi conciencia por suerte me recuerda que estoy enfrente de la versión infantil del hombre que amo y que es muy probable que no recuerde absolutamente nada de esto cuando regrese a la normalidad.

—¿Por qué? —repite—. Porque eres bonita, cocinas bien y —veo cómo su mirada se humedece, haciendo que sus ojos brillen como el oro líquido—no me quieres dejar solo. Para eso nos tenemos que casar.

...

犬夜叉 (Inuyasha)

Lo que no le digo es que yo tampoco me quiero separar de ella. Ya había llegado a esa conclusión incluso antes de que me contara toda la verdad. Ahora estoy más consciente que nunca de un hecho, y ese hecho es que quiero que Kagome esté en mi futuro. Que ella sea quien me permita tener el futuro que siempre deseé y nunca pensé que podría tener.

Siempre tuve razón sobre su nombre, después de todo. Es una "estrella", mi estrella guía, la que me da esperanzas en un futuro lleno de amor.

La siento tensa, como si no se esperara lo que le dije. Pero la verdad es que no entiendo por qué. Después de todo lo que hemos pasado estos últimos días, después de todo lo que me ha contado que hemos vivido en nuestras aventuras, no pienso que sea tan extraño...

Además, recuerdo su cuento, esa historia que me narró en la que una campesina se enamoraba de un hanyō. ¿Sería demasiado tonto por mi parte asumir que, hasta cierto punto, volcaba sus propios sentimientos en su relato? ¿Sería demasiado osado pensar que el hanyō de la historia soy yo?

Observo el cielo una vez más y me doy cuenta de que llegó el momento. El sol, que se encontraba ya en su descenso, está en la posición ideal y ahora solo me queda dar el último salto. No sé si sabré expresarme bien y hay mucho que no conozco y que me falta por aprender. Pero estoy dispuesto a arriesgarme. Por primera vez en mi vida, estoy listo para ser valiente, no para sobrevivir, sino para ser feliz.

Así que tomo su mano, la cual noto algo sudada, pero no me importa y la invito a acompañarme al único lugar en el que sé que debe tener lugar esta conversación.

...

かごめ (Kagome)

—Ven conmigo.

Todavía estoy tan atónita por su propuesta de matrimonio que ni siquiera pienso en decirle que no, solo me dejo guiar. Caminamos por corto tiempo hasta que nos detenemos frente a una cueva cercana pero oculta. Incluso, la que se puede considerar la entrada está lo suficientemente cubierta por la vegetación para que pase desapercibida para quien no sepa que se encuentra en ese lugar.

Shiroi HanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora