CAPITULO 21.- VIOLETA:

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Garrett suspiró de nuevo y nos miró a ambos.

— ¿Cuántos niños pequeños han visto desde que llegaron? —preguntó.

—Ninguno— respondí. Era algo que ya había notado.

En el internado, cuando llevaban a las niñas pequeñas, yo era la primera en notar que estaban ahí, me agradaba hablar con ellas y contarles historias para dormir.

Y aquí, en la fortaleza, no había nadie, la menor que conocía era una de las chicas del invernadero, con tan solo catorce años. Su nombre era Isabel.

Garrett asintió.

—Es porque la mayoría de las personas aquí no pueden tener hijos. Los que llegan, son individuos que echan de los internados porque son estériles, o porque sus genes no son ideales. En pocas palabras, sus hijos serán deformes. Es algo horrible ver nacer a alguien así, en la mayoría de las veces, la madre muere y el bebé es algo que pocas personas se atreven a cuidar.

>> En ocasiones escapan de las islas de las personas casadas, pero ellos ya no son tan jóvenes para tener hijos, y en la mayoría de las veces, solo llega uno de ellos, ya sea el hombre o la mujer. A lo que quiero llegar, es que las personas en este lugar no están sanas, no pueden tener hijos, o en su defecto, engendraran algún amorfo. Con ustedes no ocurre eso, son personas sanas, sus genes son puros. Por eso London es así contigo, por eso algunas personas mantienen su distancia con ustedes. En sus genes está lo que ellos más desean: Un nuevo mundo. Tal vez en ustedes esté la cura, quien sabe— agregó encogiéndose de hombros.

—Pero Isabel tiene solo catorce... —repliqué.

Él asintió.

—En ocasiones, en los internados se dan cuenta de que los genes no son puros mucho antes de las bodas. Quizá durante la edad en que dejan de ser niñas y bueno, las echan de ahí, y ellas o ellos, vienen a parar aquí— explicó.

Dorian tenía el ceño fruncido.

—Tú naciste aquí al igual que Mikah y Beatriz— dijo lo que estaba pensando.

Miré a Garrett buscando respuestas. El chico exhibió su sonrisa.

—Beatriz, mi hermano y yo... nuestros genes son puros. Es muy extraño que se dé el caso— se encogió de hombros—. Pero sucedió. Al parecer, nuestros abuelos escaparon de la isla, ambos llegaron aquí y bueno... supongo que fueron felices y bla, bla, bla. Tuvieron una descendencia de personas puras.

Mi mente estaba trabajando, absorbiendo cada palabra. Atando cabos sueltos.

Toda la historia era horrible ¿Que tus hijos fuesen amorfos? ¿Después de tanto tiempo de esperarlos? No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas.

— ¿Y qué pasa...? —Pregunté con voz rota— ¿Qué pasa con esos niños? ¿Dónde están?

Se encogió de hombros. Parecía indiferente al respecto, aunque algo en sus ojos me indicó que no era así.

—Derek decidió que se les otorgara un lugar para ellos. Pueden trabajar, al igual que nosotros, pero no son agradables a la vista. Algunos, cuando fueron mayores, recurrieron al suicidio, y eso fue porque no toleraban el trato que los "normales" les daban. Así que fueron trasladados a otra parte. No es muy lejos de aquí, pero lo suficiente para que no se mezclen con los demás.

Asentí, aunque en realidad no comprendía como alguien podría ser tan cruel para exiliar a quien más los necesitaba.

Y luego recordé lo que Beth me dijo de los sueros.

—Beatriz me explicó algo de un suero para el control de la población— dije.

Él asintió.

—Lo hay. Lo ponen en la comida y esas cosas, es para evitar la reproducción y para que no, es complicado...

—Para que no existan amorfos entre ellos— completó Dorian.

El chico asintió de nuevo.

Y procedí a decirles, a explicarle que eso no funcionaba en mí. Claro que omití lo de mi periodo, pero les conté lo de la institutriz y como su "medicina" no me hizo efecto, o que lo rompí, aunque no sé cómo.

Garrett frunció tanto el ceño que sus cejas casi se juntan.

—Escúchame—pidió—. Es muy importante que ni Derek ni Valentina sepan de esto, es más, ni siquiera Mei. ¿Cuantas personas lo saben hasta ahora?

Garrett parecía asustado.

—Ustedes, Dabria y Beth.

—Bien, esto no debe salir de nosotros. Deja que Beth se encargue.

— ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo?—pregunté un tanto histérica.

Garrett resopló.

—Como dije antes, puede que la cura se encuentre en ustedes, y a ellos no les importará experimentar contigo todo lo posible.

Miré a Dorian con horror en mi mirada. El hizo una señal con la cabeza, como diciendo "no te preocupes".

— ¿Qué más hay que saber? —preguntó Dorian.

— ¿Por qué London me odia? —indagué.

Garrett miró hacia la ventana. Sentado sobre la cama, con sus manos cruzadas en las rodillas, parecía una estatua de ónix.

—Éramos amigos, desde pequeños. Ella llegó aquí cuando tenía nueve. Estábamos solos y juntamos esas soledades. Hasta que nos explicaron esto, London comprendió que sus genes eran malos, no podría tener la familia que tanto anhelaba. A mí eso ni siquiera me importaba, pero rompió algo dentro de ella y nunca volvió a ser la misma. Primero, dejó de acudir a nuestras citas, me evitaba y al final dejó de hablarme. Después empezó a acudir con el grupo de Derek y Valentina. Ellos se encargaron de entrenarla. Eso es todo, por eso te odia, no puede creer que alguien tan débil pueda hacer algo que ella no.

—Violeta es fuerte de maneras diferentes, de formas que no conocen—defendió Dorian.

Yo quería evitar que las lágrimas salieran, pero no pasó nada. Mi cara estaba bañada en llanto y no podía deshacerme de ese sentimiento de culpabilidad. Pobres personas, pobre London. No se merecían nada de esto. Todo era culpa de la guerra y de generaciones anteriores.

Y yo simplemente estaba aquí, como una tonta, llorando y con la respiración atorándose en mi garganta, como si estuviese ahogándome. Sufriendo por algo que no tenía que ver conmigo.

Tanto Dorian como Garrett me miraron asustados, como si no supieran que hacer cuando una mujer llora.

Tampoco esperaba que hicieran nada, sin embargo, estaba mal que solo me miraran, eso hacía que el llanto saliera más rápido.

Garrett negó con la cabeza y salió de la habitación.

Dorian se acurrucó a mi lado y no supe en qué momento fue que me quedé dormida.

Del otro lado del muroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora