Quiebre

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ENITH

Seis meses después.

Mi fortaleza no puede con tanto, ahora me puedo dar cuenta de lo ingenua que fui al creer que algo como lo que viví se olvidaría fácilmente.

Tonta, tonta, tonta...

El punto en el que me encuentro es demasiado incluso para mí, Jake lo intenta, intenta mantenernos a flote, pero mi corazón se rompe cuando despierto a mitad de la noche por una de mis malditas pesadillas y él no está a mi lado, cuando lo busco por la casa o está muy concentrado en su ordenador que ni siquiera me ve o bien no está.

Y realmente no soporto ver como cada vez la brecha entre nosotros crece.

Me abracé a mí misma llorando en la madrugada cuando una pesadilla volvió a azotar mis sentidos, moví mi brazo tratando de sentir el calor de Jake, pero su lugar nuevamente estaba vacío.

Mis ojos lagrimearon cuando el rostro de Louis se hizo presente.

—No estás aquí —murmuré viendo como Louis cada vez se acercaba más, cerré mis ojos temblando del miedo— no estás...

Cubrí mi cuerpo con la manta aterrorizada, cuando deje de sentir mis vellos erizados fue que retire las mantas de mi cuerpo, me levanté casi cayendo al suelo cuando mis piernas temblorosas estuvieron a punto de ceder.

La sala me recibió con oscuridad, encendí la luz tratando de buscarlo, pero no estaba por ningún lado, no lo entiendo, está cada vez más alejado de mí.

Necesito sentirme segura entre sus brazos, pero cada vez que me envuelve en ellos luego de encontrarme llorando lo siento tenso, solo me sostiene y cuando dejó de llorar se va.

—Si...ya estoy llegando a casa, nos vemos, guapa —sus palabras fueron puñaladas al estómago, guardo su teléfono reparando en mí, sus ojos se cerraron con algo parecido al dolor cuando vio mis mejillas húmedas— Enith...

—¿Con quién hablabas?

—¿Estas bien?

—Jake —lo corte manteniendo una distancia entre nosotros— ¿Quién era?

—Alice.

—Alice —repetí dejándome caer al sofá— ¿Te gusta?

—No, por supuesto que no, yo te amo, Alice es solo mi psicóloga, bromeo con ella y no sé, me hace sentir más relajado...

—Jake... ¿Que nos está pasando?

—Ya no soporto verte sufrir de esta manera —se acercó y se dejó caer a mi lado, nos miramos fijamente y el estiro su brazo acariciando mi mejilla— me está matando, cariño.

—Quiero que pare...quiero volver a sentirme normal.

—Cariño...tu eres normal.

—No, no intentes mentirme, sé que estoy rota.

—Tu no estas rota, no digas eso.

—¡Ni siquiera puedo dejar que mi novio me toque! —grite explotando con todo aquello que había estado reteniendo— ya no puedo seguir con esto, no puedo seguir con nosotros...

—Enith, cariño, mírame —tomo mi rostro entre sus manos, sus ojos estaban llenos de desesperación— solo necesitamos sanar, puedo conseguirte el numero de una psicóloga...podemos irnos de aquí, irnos de Alemania.

—Jake —pase mi pulgar por su mejilla cuando una lagrima hizo su recorrido— no podemos forzar más esto, no podemos seguir haciéndonos daños.

—Tu no me haces daño, por favor, cariño...no hagas esto.

Código a tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora