Revelaciones

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Su cita con la doctora Du Maurier se había extendido más de lo deseado, pero finalmente había logrado llegar a tiempo al consultorio para poder despedir a Will, llevarlo a su casa tal vez.

En sus manos había un pequeño ramo de gardenias, las cuales recientemente había descubierto que eran las flores favoritas de su amado. Aquellas delicadas flores le recordaban a Graham hasta cierto punto; eran flores modestas, pequeñas, puras, y encantadoras. Justo como él.

Hannibal entró a la habitación con una sonrisa en el rostro, pero esta decayó cuando notó que su lindo muchacho estaba sentado del otro lado de su escritorio, con el rostro más serio que alguna vez le hubiese visto poner. Las cejas arrugadas, los labios tensos y esa mirada asesina nunca eran buenos. Podía reconocer cuando Will estaba enojado, y en este momento se encontraba jodidamente molesto.

—¿Sucedió algo, cariño? — decidió tantear el terreno, sin poder ganarse ningún tipo de reacción por parte de su pareja.

Lecter descartó las flores, dejándolas olvidadas en algún punto de su consultorio.

Avanzó hasta donde se encontraba Will, tratando de descifrar de dónde venía todo este trato desagradable.

—¿Hay algo que me quieras decir, Hannibal? — preguntó el chico con una voz tranquila, aunque ambos sabían que solo era su tono de calma antes de la tormenta.

—Supongo que te enteraste.

Fue evidente que el comentario descolocó a Will, pues el chico se reacomodó en su asiento viéndose claramente contrariado.

—¿Por qué me mentiste?

—Cariño, hay una diferencia entre mentir y ocultar cierta información. Mentir conlleva a un acto de decir deliberadamente lo contrario de lo que se sabe, se cree o se piensa que es verdad, esto con el fin de engañar a alguien. Ocultar información es omitir algo que sabes que podría dañar a la otra persona, pero no necesariamente es un acto definitivo, mentir sí lo es.

—¡Es lo mismo, Hannibal! ¡¿Acaso te estás escuchando?!

Will se levantó de su lugar hecho una furia, caminando alrededor del escritorio como un animal enjaulado. Observó cómo sus manos apretaban fuertemente su cabeza, como si estuviera tratando de controlar un dolor intenso.

—Me mentiste, traicionaste mi confianza.

—¿Cómo, exactamente, traicioné tu confianza, cariño?

—¡Deja de decirme así! Tú sabes muy bien cómo. ¿Por qué no me dijiste desde un inicio que sabías a lo que me dedicaba? ¡Hannibal yo realmente quería a Johann!

—Y ahora es de tu conocimiento que Johann siempre he sido yo. Desde el primer momento, Will. Tu Johann, a quien le profesas ese profundo amor, siempre he sido yo. ¿Nunca pensaste que para mí también fue doloroso el ver que tenías una aventura conmigo mientras sabía que tu corazón le pertenecía a alguien más?

Ante sus palabras, Graham detuvo su andar, devolviendo una mirada llena de culpa hacia su pareja. Es cierto que había mantenido una relación física con Hannibal mientras que su devoción permanecía con Johann, él tampoco estaba tan limpio después de todo, pero aun así...

—No, no voy a caer en tu jueguito. No pienses que puedes manipularme a mí.

—Nunca he querido hacerlo. Decidí hacer a un lado a Johann porque quería tenerte para mí, Will. No deseaba compartirte con ninguna otra persona. Además, ¿no es curioso que te hayas enamorado de dos personas que al final resultaron ser la misma? Desde mi punto de vista, creo que es el destino que estemos juntos.

Casual Affair | HannigramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora