twenty seven

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Meses después

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Meses después.

Ari había entrado a la universidad, la pequeña omega fue aceptado en la carrera de medicina y aunque a sus padre no les gustaba mucho esa carrera para su hija, al final terminaron por aceptarla y apoyarla en todo.

El cumpleaños de Osvaldo estaba cerca.

Literalmente a la vuelta de la esquina, faltaban tan solo tres días para el cumpleaños número veintitrés de su hermano, Ari tenía todo listo junto con Juan y Rivers.

Entre los tres habían
planeado una gran fiesta, digna de Osvaldo.

—Voy a terminar con el cuello torcido, si no te separas de ahí— habló Ari riendo.

Rivers no tardaba en tener su celo.

La omega lo sabía, podía sentirlo. Además, de que la alfa parecía no querer hacer otra cosa que no fuera estar pegada a su cuello.

—Hueles más dulce— susurró Rivers ignorando lo que había dicho la más pequeña.

Ari rió sonrojada.

—Como tú digas— susurró.

—En la fiesta, no te alejas de mí— dijo la alfa haciendo más fuerte su agarre en la cintura de su omega.

Ari tenía miedo, no iba a mentir, sabía que el celo de Rivers podía presentarse en cualquier momento y no sabía que sucedería con ellas si sus celos se volvían a sincronizar.

Ellqs no han estado sexualmente juntos de una manera en la que Ari recibiera el nudo de Rivers, ella lo quiere, pero han hablado varias veces del tema y eso no iba a suceder hasta que ambas se encuentren totalmente listas para eso, mientras tanto se la han arreglado para ayudarse entre sí en sus celos, digamos que la omega está acostumbrándose al dolor de su quijada y su voz rasposa al día siguiente de haber ayudado a la alfa en su celo.

Y bueno, los celos de la omega no eran tan malos tampoco, Rivers se encargaba de hacerla sentir bien y calmar su dolor de diferentes maneras.

En el último celo de la omega, Ari le dio un tremendo espectáculo a la alfa.

Ari literalmente montó los dedos de Rivers.

La alfa se masturbo como nunca lo había hecho en su vida, mirando cómo la pequeña castañoabuscaba su propia liberación, follándose a si misma con sus dedos, como su piel caramelo brillaba por el sudor haciéndola lucir más deseable a los dientes de la alfa, su rostro sonrojado y labios hinchados.

—¿Y qué harás para qué no me aleje de ti?— preguntó divertida la omega riendo.

Rivers rió igual.

—No me retes omega— susurró dejando un beso en sus clavículas antes de separarse de ella —Te ves preciosa, bueno, siempre lo haces.

—Basta Rivers— dijo Ari sonrojándose aún más —Debo ir a la casa de Nuvia para invitarlos a ella y a Vicky a la fiesta.

𝘼𝙡𝙛𝙖 𝙀𝙨𝙩𝙪𝙥𝙞𝙙𝙖 [𝙍𝙞𝙫𝙖𝙧𝙞] (𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora