twenty six

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Rocío amaba dibujar, era su pasatiempo favorito, le encantaba diseñar diversos personajes animados; era fan de los animales y sus pequeños tatuajes eran prueba de ello, cada uno de ellos estaba diseñado por ella misma

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Rocío amaba dibujar, era su pasatiempo favorito, le encantaba diseñar diversos personajes animados; era fan de los animales y sus pequeños tatuajes eran prueba de ello, cada uno de ellos estaba diseñado por ella misma.

La omega estaba en la cafetería del colegio con su caja de colores pasteles, y un gran cuaderno de hojas blancas, tenía los audífonos colocados con sus música favorita de los años 90's a todo volumen.

La chica estaba dibujando un conejo en honor a su mascota que recién había muerto, bueno en realidad sus vecinos habían asesinado a su conejo, pero sus padres no le creían, así que, lo único que podía hacer ella era tatuarse algo en honor a su bella mascota.

Rocío sintió que alguien tocaba su hombro, lo cual la hizo saltar levemente de su asiento, y muy molesta quitó su música junto con sus audífonos y miró al quien la había tocado.

Era un chico.

Algo alto, pelinegro y utilizaba lentes, su aroma a alfa le llamó la atención.

—Lo siento, se te cayó esto— habló el chico nervioso dándole uno de sus colores que había caído sin que ella se diera cuenta.

Rocío sonrió y tomó su
color.

El alfa miró sobre la mesa el dibujo de la chica y le pareció algo muy único, le gusto, así que sin dudarlo se sentó junto a ella.

La omega lo miró confundida.

—Espero que no te moleste que me siente contigo— susurró el alfa —¿Tú lo has hecho?— preguntó
refiriéndose al dibujo sobre la mesa. La omega asintió y continuó con su dibujo. —Es muy lindo. ¿Qué significa?

—Es mi conejo. Encontré su cabeza en el jardín— respondió triste —Estoy
segura que fueron los idiotasde mis vecinos, pero nadie me cree, así que, solo puedo hacer esto en su honor. Voy a tatuarme.

—Qué vecinos tan malditos— dijo el chico mirándola.

—Si— asintió y rió nerviosa.

—¿Todos tus tatuajes los dibujaste tú?— preguntó acariciando suavemente uno los tatuajes en el brazo de la chica, con curiosidad.

—Si, cada uno— respondió orgullosa.

—Son muy hermosos y únicos— halago.

Rocío sonrió.

—¿Cómo te llamas?— preguntó la chica devolviéndole la mirada al chico.

—La mayoría me conoce como Aldo— respondió sonriendo.

—La mayoría me conoce como Aldo— respondió sonriendo

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𝘼𝙡𝙛𝙖 𝙀𝙨𝙩𝙪𝙥𝙞𝙙𝙖 [𝙍𝙞𝙫𝙖𝙧𝙞] (𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora