𝘼𝙡𝙛𝙖 𝙀𝙨𝙩𝙪𝙥𝙞𝙙𝙖 [𝙍𝙞𝙫𝙖𝙧𝙞] (𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏)

nine

—¡Auch!— se quejó la alfa de dolor al sentir el alcohol en su herida.

—Ni te quejes Rivera, tú te lo buscaste.— lo regañó Osvaldo, pasando de nuevo el algodón con alcohol por su herida.

—Arde, no duele.— gruñó Rivers.

—Es lo mismo. ¿Por qué te peleaste con Grefg?— preguntó el pelinegro.

—No lo sé.— respondió, esforzándose en no quejarse por el ardor en sus heridas.

—Si lo sabes. Escuche que te peleaste por mi hermana, eso es lindo y te lo agradezco, pero, ¿Por qué golpeaste a uno de tus mejores amigos por Ari?.

—Usó su voz de alfa sobre ella.— gruñó —Debía defenderlo, es tu hermana y es una omega.

—Ajá, ¿Y?, yo igual soy omega y tu mejor amigo, has visto a miles de alfas jodiéndome y nunca me has defendido.

—Tú ya estás grande. Ella apenas es una cachorra que se acaba de presentar.

—¿Es por eso que lo defendiste?— pregunto el pelinegro sin creerle.

—Claro, ¿Por qué más lo haría?— contestó Rivers encogiéndose de hombros —Además tu olor es asqueroso— bromeó.

—¿Disculpa?— chilló Osvaldo indignado. —Mi aroma es el más hermoso de este planeta.

—No, no lo es.

—¿No?, ¿Y cual es según tú?— preguntó el omega interesado por la respuesta de su amiga.

—Fresas con...— Rivers se cortó cuando se dio cuenta de lo que estaba respondiendo —Nada.— dijo rápidamente corrigiendo su
error.

—¿Ibas a decir fresas con cerezas?— preguntó el pelinegro riendo burlonamente.

—No. Claro que no— negó la alfa repetidas veces.

—Que curioso, justo ese es el aroma de mi hermana.

—No, no iba a decir eso. Apúrate a curarme, ¿No?— preguntó la alfa desviando el tema.

—No soy idiota, Samantha, te conozco y soy omega también, sé lo que está pasando.

—¿Si?, ¿Y qué está pasando según tú?— preguntó la alfa.

—Ari es tu omega— respondió, la alfa se congeló sin saber qué responder, se puso tensa y nerviosa —¿No es así?— preguntó el pelinegro divertido por la reacción de la rubia.

—Ari...

—Valdo, ¿No has visto mi celular?— preguntó Ari entrando a la sala, interrumpiendo la respuesta de laalfa.

Rivers miró a la castaña y sus pupilas se dilataron.

Osvaldo lo notó y sonrió malvadamente con una idea cruzando por su mente.