Fantasía. No, es la realidad

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No podía negar que el cuerpo le temblaba y las manos le sudaban, por inercia se alejo del toque del mayor.

También recordando en dónde estaban.

— ¿Tanto así me odias? Lo sabía, ese día estabas jugando conmigo.

Izuku lo miró interrogante.

¿Ese día?

No sabía de qué hablaba, pero en este momento no quería que lo toque porque estaba sudando horrible.

— No se de qué habla profesor.

Golpe duro sin duda.

— Pequeño... — suspiró.

Bien, quizás no recuerda porque estaba muy  borracho. Pero aún así le dolía que haya olvidado todo. Esperó a que se calme, y con la cabeza indicó que entren al viejo almacén que tenían a sus espaldas, solo habían trastos viejos que el establecimiento ya no ocupaba por ende nadie iba ahí.

— ¿Qué tanto recuerdas del cumpleaños de Kotaro?

Izuku no dijo nada, solo viendo su entorno.

— Dime.

— Kotaro bailando con Yumiko, tu bailando con esa chica, yo comiendo solo en la cocina y... Nada más.

— Entonces... ¿Fue divertido jugar con mis sentimientos?  Porque yo recuerdo todo, cada cosa que dijiste cada cosa que te dije, todo... Está bien.

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— Debo ir a un curso. Que tengas buena tarde, Izuku.

A pesar de que había escuchado la campana, en su mente solo resonaban las palabras de Katsuki.

— ¿Izuku?

Repitió, no creyéndose que lo había llamado por su nombre, nunca lo había hecho.

No, si que había una vez.

Pequeño Izuku... También me gusta mucho, muchísimo.

Entonces eso no había sido una fantasía causada por la borrachera, era la realidad.

Entonces se preguntó

¿Qué tanto olvidé de esa noche? ¿Senpai no me rechazó? 

Cuando salió del almacen ya era demasiado tarde, bueno, si quería hablar con él solo debía ir a su casa, de igual manera hablar en el colegio era demasiado peligroso, seguían siendo profesor y alumno.

.

No podía, no se atrevía, que excusa pedorra podía dar para ir a la casa de los Bakugou y decir que necesitaba hablar con Katsuki y no con Kotaro.

Habían pasado dos semanas.

Dos jodidas semanas en dónde había ido innumerables veces pero se acobardaba y se terminaba yendo antes de tocar el timbre.

Sí, podía simplemente decir que iba a ver a Kotaro y de ahí encontrar un momento en dónde hablar con Katsuki pero no lo sentía correcto, el solo quería aclarar las cosas con el mayor, poner excusas o utilizar a Kotaro se sentía mal.

Hoy era uno de esos días, dónde fue a la casa de los Bakugou se arrepintió y terminó en el parque.

Ya no habían niños jugando, poco a poco el sol se iba escondiendo. Estaba tranquilo sintiendo el aire, escuchando a los pájaros y unos pasos acercándose.

Pesadilla, Sueño, Fantasía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora