TREINTA Y DOS

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— Quieres hablar al respecto? — preguntó Kai quien se encontraba en la puerta de la habitación de Tae, este la había dejado abierta intencionalmente.

En respuesta Tae asintió con la cabeza aún con sus brazos cubriéndolo.

Kai se sentó en la cama de Tae y acarició su cabello con dulzura, este sabía por todo lo que Tae había pasado y no lo abandonaría en momentos como esos, a pesar de que en ocasiones Tae se negara a hablar y se comportara agresivo. Kai sabía que Tae siempre intentaba ocultar lo que le pasaba y fingía que todo estaba bien.

— ¿Por qué cuando amo a alguien pasa esto? ¿Acaso no tengo derecho a ser feliz?

Tae intentaba ser fuerte y no llorar pero sus emociones lo traicionaron. Los ojos de Tae se llenaron de lágrimas las cuales aunque intentó controlar no pudo.

Kai se acercó a Tae, lo levantó y lo enrollo en sus brazos, el cuerpo de Tae estaba frío y decaído.

— Tae, todos tenemos derecho de amar.

— Pero... ¿Por qué cuando creí que por fin había encontrado a la persona indicada me pasa esto? Muy pocas veces puedo sentir algo por una persona, a decir verdad nunca lo había hecho y cuando por fin abrí mi corazón esto ocurre... Me enamoré de alguien que no existe, el me mintió.

— Pero... Te enamoraste de Beomgyu, ¿Qué importa su clase social?

— No me molesta su clase social, ¿Por qué me molestaría eso? Me molesta que me haya mentido, que me haya hecho creer en todas sus palabras, ¿Cómo por qué lo haría? ¿Para qué mentir?

Kai no era muy bueno con las palabras, no sabía que decir era difícil para el consolar a alguien, nunca aprendió a hacerlo así que solo le quedaba abrazar a su amigo y escuchar lo que decía.

— Nunca te había visto tan feliz como cuando estabas con Beomgyu, siempre sonreías como un bobo y hacías todo para proteger a Beom, ¿En serio ya no lo amas?

— Amo a una mentira Kai, todo lo que Beom me mostró era solo una mentira, nunca imaginé que la primera vez que me enamoraría sería de algo que no existe.

La voz de Tae cada vez sonaba más calmada por los abrazos de Kai, aunque el dolor aún lo consumía. Las sábanas de la habitación aún tenían el olor de Beom y esa era la razón por la que no salía de esta, a pesar de no tenerlo en brazos sentía que el estaba a su lado al oler esas sábanas, su suave olor y su linda sonrisa aún están en sus recuerdos.

— ¿De verdad crees que te enamoraste de una mentira? ¿Crees que fue mentira todo lo que hicieron juntos? ¿Incluso la sonrisa que tanto amabas, el olor que te gustaba? Tae acepta que aún amas a Beom, ¿En serio dejarás que una mentira acabe con todo?

— Y qué importa sí aún amo a Beom? El se casará pronto, no puedo hacer nada para evitarlo, además su prometido puede darle lo que yo no.

— Estoy seguro de que Beom te ama, la forma en la que te veía era tan... Boba — expresó entre risas — Y sus sonrojos se veían sinceros, no creo que haya fingido.

Tae tenía que admitir que Kai tenía razón pero no podía hacer nada al respecto, Beomgyu estaba a menos de una semana de casarse. Aunque ambos se amaran sería algo imposible, además Tae aún estaba algo molesto.

— ¿Quieres hablar con Beomgyu?

Obvio que quería hacerlo pero no podía, se comportó como un estúpido al enojarse por algo tan simple, la vergüenza lo consumía.

— Por qué? — Preguntó mientras se secaba las lágrimas.

— Beom me mandó mensaje, quiere explicarte las cosas.

Oxígeno (Taegyu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora