Oxígeno (Taegyu)

VEINTIDÓS

— Qué te gustaría hacer después? — preguntó Tae con interés mientas le daba un sorbo a su malteada.

Beomgyu quien se encontraba nervioso sonrió, no sabía que responder, el no conocía el lugar además de que tenía los nervios alterados.

— N-no sé — respondió cabizbajo llamando la atención de Tae.

Este hizo una mueca confusa y sonrió a sus adentros, sabía de los nervios de Beom estos eran fáciles de notar, con delicadeza tocó suavemente una mano de Beom y la acarició tratando de tranquilizarlo.

— Tranquilo, casi olvido que eres nuevo acá... ¿Te parece si vamos a un puesto de fideos? ¿Te gustan los fideos? Conozco un lugar donde venden unos fideos deliciosos!

Beom levantó la mirada y sonrió, amaba la forma tan linda en la que Tae lo trataba y amaba que este se interesara en él.

— Sí claro! Me gustan mucho — respondió con entusiasmo.

— Perfecto!

Tae se sentía demasiado contento, amaba ver la sonrisa de Beom y pasar tiempo con el.

Después de casi media hora terminaron sus bebidas, pidieron la cuenta y se pusieron en marcha.

Tae estaba por poner su brazo alrededor de los hombros de Beom.

— Tae espera! — comentó Beom antes de salir de la cafetería.

— Qué pasó? — preguntó asustado.

— Traje moto, no la puedo dejar aquí... Vamos en ella! Dame la ubicación.

Tae vió a Beomgyu con algo de temor, Tae no era tan fanático de las motos, desde pequeño subirse a una moto había uno de sus grandes miedos.

— No Beom... Ehh y si te doy la ubicación y nos vemos allá?

Beom ladeó la cabeza ¿Por qué Tae no quería ir con él?

— Por qué? — preguntó tiernamente.

— No soy muy fan de las motos — respondió con algo de vergüenza.

El rostro de Beom se veía sorprendido, le sorprendió saber que Tae no era muy fanático de las motos.

— Vamos Tae! Manejó tranquilo, no pienso dejarte acá! Vamos — Beomgyu seguía insistiendo, no quería dejar a Tae y quería enseñarle que probar cosas nuevas no era malo.

— No! Y no! No pienso subirme a esa moto! Ya dije que no y cuando digo no es no!

• • •

— Más despacio Beom! No manejes tan rápido me vas matar! — Tae reprochaba mientras se aferraba a la pequeña cintura de Beom.

Beom sonrió y rodó los ojos.

— Tae! Ni siquiera he prendido la moto!

Tae vió a su alrededor y bufó.

— Pues imagínate! No has prendido la moto y mira como me tienes.

Beom sacó las manos de Tae de su cintura, se bajó de la moto y acarició su rostro.

— Tranquilo, soy un experto con las motos, te prometo que no te pasará nada — aseguró para dejar un pequeño beso en los labios de Tae.

Tae volvió a agarrar la cintura de Beom e intensificó el beso, amaba sentir los carnosos, suaves y dulces labios de Beom.

Beomgyu se separó y volvió a subirse a la moto, colocó las manos de Tae en su cintura, prendió la moto para comenzar a manejar.

El viento soplaba el rostro de Tae el cuál dejó de tener miedo para sentir tranquilidad, quién diría que ir en una moto sería tan relajante, se sentía liberado, sentía paz una paz que hace tiempo deseaba sentir.