TeTe-Hyung, serás mi mamá [KookTae]

10

— ¿Cómo es eso que te vas a casar, animal? —Jimin dejo de mirar su tableta para mirar a su hermano y la puerta de su habitación, la cual el mayor derribó de una patada.

— ¿Si sabias que estaba abierta? —Señaló el trozo de madera.

— Como tus nalgas, pero no lo andas gritando, ¿Cierto? —Un cuaderno fue arrojado hacia él, pero pudo esquivarlo.

— Por suerte me largo de aquí en 3 meses. —Gruño volviendo a su trabajo.

— También me abandonas. —Se llevo una mano al pecho— No lo puedo creer, primero me ocultas tu relación de 2 años, luego te comprometes y ni la hora me das y ahora me abandonas. —Se tiro al piso con dramatismo— Solo clavaba un cuchillo en el corazón porque en la espalda ya tengo tres. —Jimin lo ignoro esperando a que se calmara.

— No te había dicho porque apenas pasó esta mañana, no es mi culpa que antes de ir a tus clases vayas con tu noviecito. —Taehyung hizo un puchero cruzandose de brazos.

— ¿Entonces por qué Seojoon lo sabía? —Cuestionó.

— ¿Qué no sabe Seojoon? —No pudo argumentar nada en contra de eso así que se calló, pero seguía indignado— Te lo iba a decir, ni siquiera nuestra hermana lo sabe, quería que fueses el primero de la familia en enterarse. —Dejó la tableta a un lado y se sentó al lado de su hermano— Deja de ser tan infantil y mueve tu enorme culo de ahí. —Lo pateó.

— Eres el mejor hermano. —Se paro, pero para tirarse encima del otro— Dejame verlo. —Sin esperar agarro la mano derecha del menor y sus ojos brillaron al ver el anillo de plata con diamantes amatistas— ¿Me lo das? —Jimin lo pateó alejandolo para él pararse del piso.

— En tus sueños, esto es mío. —Miró con una leve sonrisa el anillo en su dedo anular.

— Minnie estoy tan feliz por ti. —De un salto se paro y abrazo al otro— Si tío ChanYeol y la señora Park siguen molestos yo te puedo llevar al altar, y te ayudaré con todo lo que quieras, tu solo di baila y yo saco los prohibidos. —Jimin contó hasta 10 para calmarse y le sonrió a su hermano.

— Gracias, estoy realmente feliz. —Se sobresalto al escuchar un grito para nada masculino de su hermano, quien empezó a llorar— ¿Ahora que mierda te pasa? —Su pregunta fue ignorada y él fue apretado aún más fuerte por los brazos de su hermano mayor.

Se estaba empezando cuestionar si había hecho lo correcto en ir a esa casa, pero como siempre sus pensamientos internos no eran importantes cuando tenías a un adulto de 23 años llorando como niño pequeño en tus brazos, primero debe calmar al bebé grande y luego se cuestionara sus decisiones en la vida.