25. Té de salvia

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'Cause I don't want you like a best friend
Only bought this dress so you could take it off
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Dress - Taylor Swift 

AURORA (?)

Hay escasos momentos donde uno puede encontrarse en la cima del mundo, por arriba de sus expectativas.

Con Ron no paramos de reír desde que llegamos, desde que la boda de Axel cayó hecha cenizas al piso donde caminé con mis nuevos tacones. Sus manos están en mi espalda y me siento como verdadera ladrona de joyas el zafiro en su mirada se posa en mí. También he hecho un chiste sobre robarme sus gafas, me las puse en el cabello.

Siento como si hubiera alterado el destino para conseguir un botín, de pronto el peso del rotundo cambio en el rumbo de mi vida en estos meses me pesa lo suficiente para hacerme perder el equilibrio, Ron calla el sonido de mis cuestionamientos con un beso.

Se siente extraño su cambio de actitud, siento que estoy conociendo una versión de suya única en el mundo. Aun me sorprende cada riesgo que toma, su iniciativa, las agallas que tiene para darme un lugar.

—Eres increíblemente brillante —dice en un susurro, su pulgar acaricia mi mejilla—. Estoy muy feliz de que estés aquí.

No sé muy bien qué responder a los cumplidos cuando nunca antes alguien me habían halagado por algo más que mi físico. En especial luego de mi "charla" con Axel hace unas horas, donde debí callarlo a la primera palabra, pero no lo hice, solo pretendí que no me importó que alguien a quien dejé ver mis heridas las volviera a abrir por no incomodar a Ron.

—Eres el mejor cómplice que se pudiera pedir —le sonrío—. De película, eh.

—Estás a dos bromas de actuación más de bajarme el ego.

—Uy, no queremos eso —finjo preocupación—, no los oigas Ron, tú eres el mejor actor del mundo —desabrocho los botones de su camisa—, el más guapo —lo empujo al cuarto con mis manos sobre su pecho—, el más exitoso —le deposito un beso en la comisura de sus labios—, ¿Ya? ¿Mejor? ¿Satisfecho?

—No. —desvía la mirada, nervioso.

—¿Te gusta eso? —doy un paso hacia él, nuestros cuerpos quedan sin espacio que los separe—. ¿Te pone que te idolatren? —digo a modo de chiste, Ron aparta mis manos de él.

—No.

—Ajá —llevo mis manos a su cuello—, sígueme mintiendo, no pasa nada —rio cuando mi pierna choca contra la punta de la cama—. sigo yo: Tú no eres todo lo que quiero en este instante.

—¿En este instante? —pregunta en un murmullo.

Sus manos viajan con timidez hasta mis muslos, donde con delicadeza utiliza sus pulgares debajo de la tela de mi vestido para enrollarlo hasta mis caderas, ejerzo presión en la parte interior de mis muslos al contraerlos. Ron está sentado en el borde del colchón, me observa como si estuviera sediento de mí.

No apto para estrellas │YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora