Capítulo 7: Graduación

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14/5/2021

Una semana después de la fiesta por fin habíamos acabado el curso, los exámenes finales fueron complicados pero los saqué a delante. Estaba feliz de haber completado el primer curso de la carrera sin ninguna dificultad. Me llevaba bien con mis compañeros de clase, aunque no lo suficiente para ser amigos, y por suerte no había tenido ningún choque con ningún profesor. Según yo, soy una buena alumna, llevo los deberes y el estudio al día y no falté a casi ninguna clase. Pero ya no es momento de pensar en esas cosas, el curso ya se terminó y ahora debo centrarme en el verano.

Candela y yo nos dirigíamos a la graduación de Clara, ella llevaba un mono largo blanco de tirantes; mientras que yo me había puesto un vestido corto de color morado, con mangas largas y la espalda descubierta. Estábamos saliendo del edificio, cuando de repente escucho: "clac".

-Mierda- bajo la mirada y veo que el tacón de mi zapato izquierdo se ha roto por la mitad -joder, joder, joder.

Cande se gira al no notarme a su lado, y se sorprende al ver lo que me ha pasado.

-Vaya mala suerte que tienes tía- me dice a punto de reírse.

-Pero no te rías de mí cabrona- le digo seria- ¿cómo voy yo ahora a la graduación? Que no tengo más tacones, y los tuyos no me valen.

-Pues menos mal que salimos pronto de casa -contesta - hay que ir a recoger el álbum, y Clari te mata si te ve con zapatillas y vestido.

-Y que hacemos entonces- pregunto. Candela me miró pensativa para luego contestar.

-Ya sé, yo voy a por las fotos y tú vas a comprarte unos tacones al centro comercial que queda cerca de la universidad.

-Si cojo el bus o el tren voy a llegar tarde.

-Llama a Carlos, nos dijo que estaba aquí está semana.

Asentí y mi amiga se despidió para que le diese tiempo a ir a por el regalo para Clara. Yo marqué a mi amigo madrileño, que contestó a los cuatro tonos.

-¿Clau?- escuché su voz al otro lado de la línea telefónica.

-Carlitos, menos mal que contestas, necesito que me ayudes. Necesito ir con urgencia al centro comercial.

- No creo que sea muy buen momento para ir de compras.

- Te juro que es rapidísimo, yo tampoco tengo mucho tiempo.

-Y ¿a qué se debe esta necesidad de compra repentina entonces?

-Iba a la graduación de Clara y se me rompió un tacón. Necesito otros en menos de una hora.

-Lo siento mucho, pero es que estoy con mis padres y hoy no me libro de la comida.

-Joder.

-Hay una solución pero no te va a gustar.

-¿Cuál? Cualquier cosa vale, de verdad necesito ir.

-Pues verás, justo Lando llegó ayer a Madrid y hoy no tiene nada que hacer.

-No, no, no- negué - tiene que haber otra forma.

-Es la única persona que te puede ayudar ahora mismo.

Suspiré intentando buscar otra solución, el transporte público era inviable porque no llegaría a tiempo, no tenía coche y pasaba de pagar un taxi. Pero por otra parte ir con Norris era un suicidio, empezaríamos a discutir nada más vernos y la cosa acabaría en una pelea seria, ya que esta vez no tendríamos a nadie para detenernos.

-Está bien - cedí finalmente- pero avísale que la mínima tontería y le suelto un guantazo, que le tengo ganas desde hace tiempo.

-Tú le tienes ganas, pero de otra forma- dijo riéndose.

Tu refugio | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora