Bajo la luz de la Luna

Leyenda

A la mañana siguiente, Akuma se fue temprano a trabajar y Yui preparó tres maletas con pertenencias suyas y de sus dos hijos.
-Yuki, Ame,¿preparados? -preguntó Yui a sus hijos.
-Sí- afirmaron ambos.
Iban a salir de su casa cuando el temblor y ruido extraño los hizo parar.
-Ya ha empezado Yuki, prepárate vamos a salir, tenemos que irnos de aquí, ha empezado, los comienzos de la Guerra Santa.
Yuki asintió, los tres emprendieron camino a su nuevo hogar pero no todo iba a ser de color rosa.
-Chicos solo faltan tres calles y llegamos, un último empujón ¡vamos! – exclamó Yui.
- Vamos Ame, ya has oído a mamá hay que darnos prisa – dijo Yuki.
Acto seguido Ame se subió en la espalda de Yuki y fueron más rápidos, pero al girar a la siguiente calle, se encontraron a un grupo de villanos, Yui, Yuki y Ame se pararon, Yui retrocedió escondiendo a sus hijos detrás de ella.
-¿A dónde creéis que vais? -preguntó uno de los villanos.
-Cuando diga "ya" os vais corriendo- susurró Yui.
-"YA"- Yui gritó a sus hijos.
Yuki se llevó a Ame corriendo de allí, miró por el rabillo de sus ojos a su madre luchando por sus hijos, vio como Yui lanzó las maletas a los tres villanos para después crear un tornado muy fuerte que le dio a los villanos, pero uno lo logró esquivar y lanzó varios cuchillos a Yui, los cuchillos le iban a dar, estaba todo previsto pero Yuki no lo aceptaba, simplemente no podía hacerse a la idea de perder a su madre, entonces corrió de vuelta hacia su madre y Yuki aún con Ame en brazos estiró su mano para intentar apartar a su madre pero su cuerpo comenzó a brillar, su cuerpo brilló de color azul, un azul como el océano y creó un muro de hielo lo suficientemente grande como para que le diera tiempo a él y a su familia escapar de los villanos.
Yuki miró sus propias manos, estaban cubiertas de hielo, no podía creerlo, él había hecho eso, ¡había creado un muro de hielo!
-Cómo... cómo es posible- preguntó Yui sonriendo a su hijo y abrazándolo.
- No lo sé, pero no hay tiempo, vámonos – dijo Yuki.
Los tres corrieron hasta que llegaron al bosque, ese era su objetivo ya que estarían separados de la ciudad y el pueblo, se instalaron en la casa del centro del bosque, allí Yui tenía una casa por la herencia de sus padres.
-Buah mamá esta casa es preciosa -dijo Yuki admirando la enorme casa.
- Lo sé hijo, era la casa de los abuelos pero ahora es nuestra, Yuki-lo llamó Yui- sobre lo que ha pasado antes, ¡tu don es el hielo!, pensaba que no tendrías don, es increíble, de verdad -
-Lo sé mamá, nunca pensé que iba a tener este don – dijo Yuki.
- Mami yo quiedo sed gande ya pada tened mi don(mamá yo quiero ser grande ya para tener mi don) -dijo Ame.
-Tiempo al tiempo cariño, sabes Yuki, hay una leyenda sobre tu don -afirmó Yui.
- ¡Una leyenda! Cuéntamela porfi- gritó Yuki mientras se le iluminaron los ojos.
- si podfi mami(si porfi mami) -dijo Ame mientras ponía ojitos de cachorrito.
- Escuchad, cuenta la leyenda que el don de hielo y fuego solo se manifiesta en una persona en cada generación, en la generación pasada se manifestó en dos chicos, esos chicos lucharon codo con codo para proteger el mundo y salvaron el presente, gracias a ellos estamos todos aquí, gracias a ellos pudimos ganar la batalla "Magnum proelium", pero no todo fue fácil y de color rosa, muchos civiles murieron, además los portadores del don del fuego y hielo murieron en la Gran Guerra, se dice que no se ha vuelto a manifestar en un humano el don del hielo y fuego. Hasta ahora, tu tienes el poder del hielo,¡es genial! Pero ahora tendremos que entrenar para ayudarte a perfeccionar tus habilidades.
-woau-dijeron con asombro los dos niños.
-Sí mamá no te preocupes, llegaré a ser el mejor héroe de todos los tiempos – dijo Yuki.
-Seguro que si cariño – dijo Yui.
El resto del día lo pasaron riendo y jugando, hacia mucho que no se divertían tanto.