Los dieciséis años de HoSeok no parecían tan aburridos como en algún momento lo pensó TaeHyung, pues aquella noche, cuando ingresó a la casa del cumpleañero, fue recibido con una gran oscuridad que solo era iluminada por varias luces de colores, además de adolescentes alcoholizados y algunos otros totalmente desechos en vómitos. Aquello le recordó a su juventud, cuando él también tenía esa edad y creía que no había nada peor que ir a una fiesta un día antes de ir a la escuela, lo cual era un total error, pues si había algo mucho peor: los finales y parciales de la universidad.
Todo pintaba a que iba a ser una noche tranquila, hasta que se encontró con HoSeok besando a una chica que desconocía en su totalidad, lo cual le afectaba en lo más mínimo, pues lo que tenía con el menor no era nada más que sexo, sin embargo y a pesar de decirse eso mentalmente mientras se dirigía a la mesa central de la sala de estar de los Jung, donde se encontraban las bebidas, parecía afectarle más de lo común. Ni siquiera con sus mejores ligues de la universidad había sentido esa traición que estaba sintiendo en ese momento.
Ante los ojos del doncel aquella noche iba a estar bien, quizás iba a tomar unos cuantos tragos, que claramente eran refrescos alterados, antes de irse, todo ya estaba planificado en su mente, sino fuera por un chico alto, un poco más que HoSeok, que se le acercó y ante la insistencia no dudó en bailar con este, quizás apegarse un poco más de lo que solía hacerlo y finalmente terminar besándose en una esquina, tal y como encontró a Hoseok al entrar a su casa. Sí, todo hubiera salido bien, de lo más normal, si es que el cumpleañero no hubiera armado un alboroto al encontrarlo.
HoSeok se puso furioso, estaba algo tomado, lo cual era normal en las fiestas de adolescentes, según TaeHyung, y sin pensarlo el menor no dudó en iniciar una pelea con el que vendría a ser el capitán de básquetbol de la escuela, muy conocido por todos los presentes. El doncel trató de separarlos con ayuda de otros chicos más, pero al parecer ambos chicos parecían querer competir en algún tipo de deporte que involucraba el golpearse hasta caer. Solo fue con ayuda de algunos otros compañeros de HoSeok, entre ellos un tal NamJoon, a quien conocía por haberlo visto en su fiesta de bienvenida al vecindario, que lograron separarlos.
— ¡No te quiero volver a ver cerca de JongIn! ¡Me oíste, carajo! — le gritó el menor una vez que se lo llevó arrastrando hasta su casa. Taehyung se sorprendió por la violencia de su menor y sobre todo, por la falta de respeto que estaba teniendo con él.
— ¡Tranquilizate, mocoso! — Le gritó por igual, tratando de intimidarlo con su voz ronca y seria, lo cual generalmente asustaba a HoSeok, sin embargo este parecía demasiado ido como para hacerle caso.
— ¡Carajo! ¡Solo aléjate de él! — le insistió el menor, acercándose un poco más a TaeHyung, quien le mantuvo la mirada en todo momento, creyendo que con eso intimidaria el metro ochenta y dos de altura de HoSeok.
Aunque el doncel fuera mucho mayor que el ya jovencito de dieciséis años tenía que reconocer y en realidad lo había reconocido desde la primera vez que lo vio, que HoSeok, a pesar de ser menor, tenía todas las características de un futuro jugador de básquetbol universitario, pues el jovencito era alto, un tanto musculoso (gracias a las largas horas que se pasaba en el gimnasio por entretenimiento, según sus palabras) y muy bien definido. Había madurado fisicamente de manera rápida y precipitada para su edad y eso le gustaba de él, aunque muy en el fondo supiera que seguía siendo un niño, pues su inteligencia emocional seguía siendo propia de uno.
— ¡Vete al carajo, HoSeok! — le gritó una última vez antes de adentrarse a su casa, dejando al chico un tanto ebrio y confundido.
Y desde aquella noche ya habían transcurrido cuatro meses, meses en los cuales no habían hablado, no hasta ese día, que lo vio sentado en su entrada, esperándolo.
TaeHyung no era incrédulo, mucho menos tonto, por lo que no dudó en bajarse de su auto (regalo de parte de su padre) y ver al mocoso de pies a cabeza, sabiendo de inmediato la razón por la cual se encontraba ahí.
— Pasa niño. — le dijo sin siquiera dirigirle la mirada o detenerse a preguntarle sus verdaderas intenciones y es que no era necesario, pues TaeHyung estaba igual de tensionado que el menor, sus finales estaban cerca y los trabajos grupales lo tenían estresado.
Esa noche TaeHyung y HoSeok volvieron a ser uno entre risas, risas que eran tan propias de ellos y muy comunes, pues aunque el sexo sea bueno, la conexión que tenían lo era aun más.
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Otro capítulo más de regalo. ♡♡
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Buenos padres ➳ Hopev
FanfictionDonde HoSeok tiene una buena relación con TaeHyung, su ex esposo de quien se separó hace dos años atras, y obviamente con el novio de este. ╰─────‧°.♡.°‧─────⌲ Cuando HoSeok se separó de TaeHyung hace dos años atrás, después del segundo embarazo de...