➳ tercer capítulo [primera parte]

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TaeHyung creía que ese año iba a celebrar a lo grande su cumpleaños, realmente creía que todo saldría bien, pues estaba a nada de graduarse y sus veintitrés años vendrían como un plus para fin de año. Sí, eso es lo que creía, sino fuera por ese maldito positivo y no se refería a las buenas notas que estaba teniendo en la universidad.

— Mierda, mierda, mierda... — siguió murmurando mientras salía de las instalaciones de su alma mater, faltaban tres meses para su graduación, iba a presentar sus últimos exámenes, su tesis y todo se estaba yendo a la mierda por ese maldito positivo.

La cabeza de TaeHyung estaba explotando, no solo tenía la tensión de sus exámenes, trabajos estudiantiles y la presión de su padre, quien lo pensaba recibir en su estudio de arquitectos, uno muy reconocido en todo Daegu, lo que significaba dejar su vida en Seúl y regresar a su ciudad. Eso no le gustaba, menos si implicaba dejar al ya casi mayor de edad de HoSeok, con quien había creado un lazo que iba más allá del sexo, no algo tan serio como una relación, pero lo suficiente como para que dejaran de frecuentarse de la noche a la mañana.

Cuando llegó a su casa no quiso ni ver a HoSeok, quien para ese momento se encontraba en su sala de estar, viendo TV como si la casa fuera suya, lo cual no estaba tan ajeno a la realidad, pues el chico de ya diecisiete años tenía una copia de sus llaves, que se le entregó meses atrás por emergencia.

— TaeHyung, llegaron los recibos. — dijo con mucha confianza el pelinegro, aún muy atento al programa que estaba viendo, mientras que este parecía más centrado en lo que recién había descubierto ese día.

El doncel estaba respirando hondo, sin saber cómo decir aquello, realmente no sabía cómo decirle a un todavía menor de edad que sería padre, ni siquiera sabía cómo iba a tomarlo, pues HoSeok era un niño todavía, no había vivido ni la mitad de lo que él había vivido y ya estaría asumiendo una gran responsabilidad.

— Tae, los recibos- — HoSeok iba viniendo hacia él, cuando por fin le dio la cara y lo soltó sin anestesia.

— Estoy embarazado.

La frialdad en las palabras de TaeHyung asustó más a HoSeok que la noticia en sí.

— ¿Q-qué?

TaeHyung se maldijo por ser tan directo, pero tenía que hacerlo, no pensaba hacer ninguna mierda sorpresiva como había visto en redes, mucho menos pintarle mariposas al menor sobre ese tema. Ser padres era una responsabilidad muy grande, él no lo podía asegurar en su totalidad, pero sí había escuchado vagamente a su madre decir algo como eso antes.

— P-pero ¿Cómo sucedió eso? — preguntó el pelinegro, totalmente pálido de la noticia y algo ido.

— ¡HoSeok, por dios! ¡Ambos tuvimos sexo y los desgraciados espermatozoides que tienes llegaron a dar en el blanco!

El mencionado seguía igual de ido, mirando un punto perdido, que se encontraba muy lejos del rostro de TaeHyung.

— P-pero utilizamos condón. — insistió, sin creer todavía lo que estaba ocurriendo y por fin saliendo de su trance para mirar a TaeHyung.

— Los condones fallas muchas veces, ningún método es seguro y yo nunca creí que fuera necesario cuidarme con algún otro método. ¡Fue mi maldito error! ¡Se suponía que el adulto era yo!

HoSeok y TaeHyung se miraron, realmente sin saber qué iban a hacer, al menos el menor de ambos, pues apenas le había confesado a JiWoo, su hermana mayor, que mantenía algo parecido a una relación con el vecino universitario de al lado, sus padres no estaban al tanto de nada de eso y creía que los padres de TaeHyung tampoco lo sabían.

— Lo tendré. — Afirmó el doncel, llamando aun más la atención del menor, quien lo miraba como si hubiera cometido un crimen. — Si no deseas quedarte, lo entiendo. Eres un niño, no entiendes nada de esto y-

Y antes de que TaeHyung continuaba hablando, HoSeok salió de su casa, sin decir absolutamente nada. El doncel se sorprendió, pues no creyó que el adolescente fuera tan inmaduro como para hacerlo, aunque no podía esperar más de él, como había dicho, todavía era un maldito mocoso... Un maldito mocoso que lo había embarazado.

¡Por la mierda! Se había embarazado de un maldito adolescente, eso parecía una película americana con bajo presupuesto, aunque a decir verdad, para ese momento su vida se iba a convertir en algo parecido a eso, pues no contaba con un trabajo como para solventar sus gastos o los del bebé, contaba apenas con el seguro de su padre, lo cual implicaba contarle personalmente a él y a su madre, ya que los controles prenatales tendría que llevarlos en aquella clínica.

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Buenos padres ➳ HopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora