➳ sexto capítulo [segunda parte]

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Dos años después
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— ¡Papi! ¡Papi! — gritaba la pequeña SeolHyun, apenas vio a su padre a través de la ventana que daba hacia la  entrada de la casa. HoSeok se percató de la presencia de su hija y sin dudarlo le sonrió y saludó, teniendo mucho cuidado de que se le cayera los regalos que había comprado ese día para sus hijos.

— ¡Appa! — gritó esta vez Soobin, uniéndose a su hermana, quien esta vez golpeaba la ventana, como si esto fuera a traer a HoSeok más rápido.

El pelinegro rio por sus hijos y antes de que se diera cuenta vio a su otra princesa acercarse también a la ventana, junto a sus dos hermanos mayores. La pequeña Hyesun de apenas dos años sonreía mostrando alguno de sus dientecitos y golpeando por igual la ventana, imitando a sus hermanos.

HoSeok sonrió y finalmente siguió avanzando por el patio de la nueva casa que TaeHyung había adquirido hace un año atrás.

— ¡Ya pasa de una vez, mocoso! — le gritó TaeHyung, desde la puerta principal de la casa. — Los niños te han estado esperando toda la mañana. — le aviso.

HoSeok sonrió y se acercó a su ex esposo, dándole un beso en la mejilla como saludo y un gran abrazo, que fue correspondido, no se veían hace unos dos días atrás, pero igual se extrañaban.

Los niños no tardaron en ir al encuentro de su otro padre, quien gustoso se arrodilló, dejando los regalos a un lado para abrazar a sus hijos. Los mellizos fueron los primeros en llegar, mientras que Hyesun iba apenas detrás de ellos.

— ¿Cómo se han portado mis hermosos bebés? — preguntó el pelinegro, apartando los regalos de las manos de Soobin, quien fue el único que pareció darse cuenta de los presentes.

TaeHyung observaba todo con mucha felicidad. Sus hijos habían extrañado mucho a HoSeok y no era para menos, pues los mellizos habían convivido demasiado tiempo con él antes de la separación, lo cual les chocó bastante pues siempre buscaban a su padre cuando este se marchó de la antigua casa en la que vivían.

— ¡Appa, dame regalo! — exigió Soobin, cruzándose de brazos cuando su padre les arrebato los regalos.

— Primero díganme cómo les ha ido en la escuela esta semana. — exigió HoSeok, colocando un puchero idéntico al de su hijo. Se parecían mucho.

— Todo bien con los mellizos. — intervino TaeHyung, tomando en brazos a la más pequeña de los niños Jung. — Sacaron buenas notas y van bien según sus profesoras.

Solo en ese momento HoSeok por fin soltó los regalos y se los entregó a sus hijos, quienes comenzaron a romper el papel que los envolvía para ver qué les había traído su padre en esta ocasión.

SeolHyun chilló de emoción al descubrir la muñeca que tanto había pedido la semana pasada cuando fueron al super de compras y Soobin, por su parte, no dejó de romper todo hasta incluso la caja que contenía el auto a control remoto que también había pedido hace una semana atrás.

Hyesun miró a sus hermanos atentamente y al descubrir que habían recibido regalos no dudó en extender sus manitas y querer soltarse de los brazos de TaeHyung, quien al instante entendió la referencia, por lo que la bajó, dejándola al lado de los mellizos. La más pequeña al instante se acercó a su hermano mayor para inspeccionar el nuevo juguete que le habían regalado, ella siempre prefería estar con Soobin, parecía que era su hermano mayor favorito y también el único hombrecito.

— Sabes que no debes consentirlos. — dijo TaeHyung, ayudando a colocarse de pie a HoSeok, pues este estaba vestido de traje.

— Solo es por esta vez. — contestó el aún pelinegro, sonriendo al final. — Además hoy fue mi graduación y creo que ellos también merecen recibir un regalo.

— ¿También? — susurró el doncel, dejando a sus hijos con sus respectivos juguetes y yendo por una taza de café, HoSeok ya lo conocía por lo que lo siguió, viendo de reojo que sus hijos estuvieran tranquilos y no discutiendo, como solían hacerlo cada vez que él llegaba de visita.

— Sí, también, ya que mis padres me acaban de regalar un auto. — dijo con mucho orgullo el menor y claramente con una sonrisa llena de autosuficiencia.

TaeHyung se sorprendió un poco, pero se alegró por su ex esposo, pues este siempre había querido un auto para si mismo, no solo tener que tomar prestado el suyo. El doncel aún recuerda todas esas ocasiones en las cuales HoSeok solía pedirle de favor que le prestara su auto, algunas veces para impresionar chicas y otras para tener que trasladarse, eso mucho después de que decidieron separarse.

— Wow, felicidades. — dijo apenas el pelirubio, sirviéndose una taza de café para él y otra para HoSeok, aunque este no gustara tanto del café, sin embargo siempre solía tomarlo, solo por costumbre.

— ¿Todo está bien? — preguntó el menor, sabiendo que incluso la actitud de TaeHyung en ese momento se encontraba del todo extraña. El mencionado asintió, prosiguiendo a darle un sorbo a su taza. — ¿Sabes que puedes contar conmigo, cierto? — insistió HoSeok.

TaeHyung volvió a asentir, sin saber cómo decirle a su ex esposo que tendrían que hablar sobre su relacion de padres, la cual era perfecta, sino fuera por...

— MinJae hará una parrillada este fin de semana aquí, en la casa. — dijo por fin el doncel.

HoSeok de inmediato dejó de lado su café, estaba a punto de tomar un sorbo sino fuera por el nombre del actual novio del doncel y la mención de su casa, bueno la casa de sus hijos, en la misma oración. TaeHyung había conocido a MinJae hace más de seis meses en una de las tantas reuniones que tenían con otros arquitectos, el hombre de ya treinta y dos años también era arquitecto y aunque en un momento pensó que aquella relación no pasaría del mes, ahora llevaban suficiente tiempo como para decir que eran algo mucho más que formal. El pelinegro había tratado con MinJae, se habían conocido desde que TaeHyung decidió salir con él, por lo que podría decir que se llevaban bien y hasta eran amigos, sin embargo nunca habían involucrado a los niños, sus hijos no sabían sobre aquella relación, solo conocían a MinJae por el único calificativo de amigo de mamá y así queria que fuera, hasta ahora.

— TaeHyung, sé que los niños lo conocen, incluso que han cruzado una que otra palabra, pero creo que es muy pronto para que ellos lo vean en su espacio seguro.

El doncel asintió, entendiendo a la perfección a HoSeok, incluso él lo había pensado, pero MinJae tenía buenas intenciones, siempre las tuvo, incluso le pidió que lo invitase, a él, unos cuantos amigos y obviamente a sus padres. El espacio seguro de los niños seguiría siendo seguro ya que vería caras conocidas, sus abuelos, conocidos, a su padre, etc.

— Lo sé, pero estás invitado, mis padres están invitados y sabes que puedes traer a NamJoon para que los niños lo vean, hace tiempo no ven a su tío favorito.

— TaeHyung, me cae muy bien MinJae, pero sigo sin estar completamente-

— MinJae se quiere presentar oficialmente a mis padres. — interrumpió el doncel.

Y solo entonces HoSeok comprendió muy bien la situación, incluso entendió porque estaba siendo invitado él y sus antiguos suegros. Era bien cierto que el padre de TaeHyung conocía a MinJae, pero solo en el aspecto laboral, mas no en un ámbito más íntimo que involucrara a su único hijo.

HoSeok suspiró y finalmente asintió, procediendo a tomar su café, sabiendo que el domingo tenía que estar presente en la casa de TaeHyung y saludar a MinJae como siempre lo hacía cada vez que se veían, no le caía mal el hombre, habían compartido demasiado, en verdad demasiado como para saber que era un buen tipo y que adoraba a sus hijos tanto como él. Tal vez solo tenía que darle la oportunidad de vincularse un poco más con los pequeños, aunque aquello en su cabeza sonara descabellado y un tanto receloso.

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Y empezamos la segunda parte de la esta historia. Solo puedo decir que me encanta como va el desarrollo.

Buenos padres ➳ HopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora