Hermanos

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Los tres salieron del centro y tomaron rumbo al estacionamiento, en donde se empezaba a formar un pleito o más bien un berrinche.

-No quiero subir ahí- gritoneaba el pequeño Joaquín.

Comenzó a pisotear el piso y ha hacer pucheros inconscientemente, sino se viera tan tierno seguro alguno de sus papás ya le hubiera dado un par de nalgadas.

-Es la norma, chiquito. Tienes que subirte a la sillita.

-¡Pero es para bebés!- reclamó inflando sus cachetes.

-Y qué crees qué eres-dijo Matthew un poco harto del berrinche.

-¡No soy un bebé!

-Maty no alteres a Joaquincito- regaño Lucas.

Joaquín sonrió con burla ante Matthew al ser regañado, sin duda Lucas era su favorito.

-Pero Maty tiene razón, Joaquín tienes dos opciones: puedes usar el asiento para niños o si te da miedo estar solo en la parte de atrás puedo acompañarte pero tendrías que sentarte en mis piernas- ofreció Lucas, haciendo sonrojar al menor.

Joaquín estaba rojo, no solo porque le parecía atractiva la propuesta de Lucas, sino porque ambas opciones atentaban contra su dignidad.

¿Y si alguien los veía? Seguro se ponía a llorar de la vergüenza, lo cual lo haría llorar aún más por sentir vergüenza. 

Lo cual era impensable, Joaquín estaba batallando para que no le dijeran bebé. No podía hacer otra cosa que pusiera su madurez en tela de juicio.

Ya se había autoconvencido que los pañales no lo hacían un bebé, había muchos hombres maduros que los usaban como astronautas o pilotos de NASCAR. 

Sip, el solo era un hombre que estaba obligado a usar pañales, a veces chupones y onesie de animalitos... eso no lo hacia un bebé ¿verdad?

-Uhm...-tenía un debate mental que parecía no terminar pronto, al menos así fue hasta que se dio cuenta que sus piernas ya no tocaban el suelo.

-Creo que sería lindo compartir un momento papi e hijo- dijo Lucas mientras lo cargaba y subía al auto colocando una mano delicadamente sobre la cabeza de Joaquín para que no se lastimara con la puerta de la minivan.

Joaquín agradecía que Lucas haya tomado la decisión por el, de esa manera al menos podía decir que lo obligaron y no fue de manera voluntaria, sin embargo aun seguía avergonzado por lo que sin darse cuenta había escondido su cara en el cuello de Lucas, logrando que el castaño lo llene de arrullos mientras el rubio los miraba con suma alegría.

Honestamente en la mente de los dos mayores se encontraba la duda de si esa paz duraría, porque todo estaba saliendo muy fácil, a comparación de sus dos pequeños con los que habían batallado mucho al inicio, se lo atribuyeron a su edad mental o que simplemente a su nuevo pequeño le gustaba ser mimado.

Matthew empezó a conducir y en el camino la curiosidad pudo más que la vergüenza, una vez que Joaquín había ocultado su rostro había planeado dejarlo ahí para que ningún extraño lo viera, pero un foco se le prendió y pensó que conociendo el lugar tal vez podría escapar en algún momento así que levanto su rostro y vio el camino.

Las calles eran como cualquier otra ciudad, lo que era extraño porque se supone que estaba dentro de una "prisión,  habían hoteles, tiendas, restaurantes y hasta creyó ver un cine, todo era normal salvo un detalle habían otros hombres en ropas infantiles, algunos eran acompañados de otros adultos mientras que otros que se vestían casi normal pero con algún estampado de series animadas.

Estaba asombrado hasta que cayo en cuenta que básicamente así los vestían en el centro, aunque se sorprendió de que algunos estaban con los pañales al descubierto, no porque se notara el bulto en varios sino porque algunos incluso no tenían pantalones y había muchos de lo que solo podría denominar como bebitos llorones haciendo berrinche en medio de tanta gente, su cerebro no podía entender como alguien podría hacer eso en publico sin estar muriendo de la vergüenza esperando que la tierra se abra para tragárselo.

Tras lo que podría ser media hora, pasaron de la ciudad a una zona residencial, habían varias casas de diverso tamaño divididas por unas pintorescas cercas.

Llegaron a una casa amplia de dos pisos con un lindo jardín delantero, se detuvieron y comenzaron a bajar y tomar rumbo a la entrada, durante todo el trayecto Joaquín no se bajo de los brazos de Lucas.

-¡Papi! ¡Papá!- gritaron dos chicos altos que corrieron a sus brazos.

-Hola mis amores, que linda bienvenida pero tengan cuidado- dijo Lucas acomodo a Joaquín y luego beso a los dos chicos en la frente, Matthew por su lado abrazo efusivamente a ambos y cargo al más bajo de los dos que vestía un overol de mezclilla y un polo con estampado de ositos.

-Gracias Danny- dijo Matthew al señor que apareció tras los niños.

-No hay problema, es un placer cuidar de estos pequeños, y parece que ese placer va a crecer en un futuro-dijo Danny viendo al pequeño en los brazos de Lucas.

-Nos vemos en la próxima reunión- se despidió Lucas mientras el tal Danny se despedía de los otros dos niños y seguidamente salía por la puerta.

-¿Y ese bulto?- pregunto uno de los chicos que vestía un polo de Ben 10 y unos jeans azules.

-Ey, se más educado Rodri- regaño Matthew.

-Perdón, papito.

-No pasa nada, principito.

-Sé que no tuvimos mucho tiempo para hablarlo pero este es su nuevo hermanito.

-¿Qué? No lo quiero, devuélvanlo- se quejó al que habían llamado Rodri.

-¡Yey! Se le ve el pañal, entonces ya no seré el más chiquito- celebró el del overol.

-Ahora serás el olvidado del medio- se burló Rodrigo haciendo lagrimear a su hermanito.

-Parece que alguien quiere pasar tiempo en la esquina, lo cual seria una lastima porque pensábamos ir a celebrar a los juegos mecánicos.

-Perdón hermanito, sabes que te quiero mucho- se disculpó el mayor- a ti también pañaludo- le dijo a Joaquín quien aprovecho para ponerse en puntas y acariciar el cabello de su nuevo hermanito.

-Ya oíste bebé... okey, ya oíste chiquitín- se corrigió Lucas tras la queja de Joaquín al llamarlo bebé- te presentare a tus hermanitos.

-Él es tu hermano mayor  Rodrigo de 10 años- colocó un brazo alrededor del chico vestido de Ben 10- y este es tu hermanito mayor Diego de 5 años- hizo lo mismo en el chico del overol.

-Ya tendrán tiempo para conocerse en los juegos.

Tras un rato, Matthew fue a cambiarse el traje por un atuendo más casual, Lucas recibió una llamada por lo que tuvo que contestar, mientras tanto los niños se encontraban en la sala viendo la película de los Minions.

Joaquín miraba tímido a sus nuevos hermanos, no se animaba de emitir palabra.

-¿El ratón te comió la lengua hermanito?- bromeo Diego- no tengas miedo, puedes confiar en tu nuevo hermano mayor.

-Ja, pues no sé que tan confiable es un bebé que aún necesita de pull ups- dijo cizañosamente Rodrigo.

-Papi dice que es normal- se defendió Diego con la voz cortada- además tu no hables que sé que mojaste la cama el lunes-contraatacó tornando el rostro de su hermano en un rojo intenso.

Eso desató un mini pleito verbal entre los hermanos ante la mirada divertida de Joaquín.

Habrán dicho que son sus hermanos mayores, pero ellos actuaban como unos bebés, no como el hombre maduro que se consideraba él.

Villa Júbilo (ABDL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora