Llegamos a una sala de juegos, habían desde videojuegos de arcade hasta una enorme piscina de pelotas
-Te dejare que juegues con tus hermanitos, no te preocupes que te estaré vigilando desde el patio de comida, no hagas travesuras. ¿De acuerdo, pequeñín?
¿Cuántos años cree que tengo? Obviamente no haría nada indebido.
Solo asentí en afirmación y fui bajado de sus brazos mientras les ordenaba a los otros dos que fueran buenos conmigo y no se separaran de mi lado.
Fui tomado de la mano y jaloneado por Diego.
Pronto llegamos a otro lado donde había un grupo de otros chicos con atuendos un tanto infantiles.
-Hola chicos, este es mi nuevo hermanito Joaquín.
-Aw pero si es un bebé, mira hasta usa pañal- bromeo una figura a mis espaldas que termino palmeando mi retaguardia.
-Ey no...- me quedé callado viendo al chico al lado de Adam que parecía rondar los dos metros.
-No lo fastidies Colton- me defendió uno de los amigos de Diego que no se veía tan intimidante con un chupón colgado del cuello.
-Así que este es tu nuevo hermano, Adam. No veo la hora de verte en la guardería, enanín- dijo ignorando al contrario mientras aprovechaba para bruscamente despeinar mi pelo dejándome un fuerte escalofrió al momento en que se iba.
-No le hagas caso, aquí te cuidamos chiquitín- dijo el chico del chupón.
-Ese brabucón siempre se hace el rudo pero en cuanto ve a sus papis se moja los pantalones- bromeo un chico pelirrojo vestido con una playera de Winnie Pooh.
-De todos los que pudieron tocarnos como primos tenia que ser ese mastodonte- gruño Diego- es un idiota.
¿Cómo que primos? ¿Es familia de Diego? ¿Toda su familia tenia registro criminal?
-Chicos, tenemos un nuevo amigo- interrumpió y vino corriendo emocionado un chico vestido con una capucha de conejo arrastrando a...
- ¡Junior!- grite sorprendido sin darme cuenta, me cohibí y sonroje fuertemente al ver como las miradas de todos se figaron en mi, aunque Diego tomo mi mano y me dio una sonrisa en un intento de apoyo.
-¡Joqui!- Junior grito y me sorprendió con un efusivo abrazo.
-No me gusta aquí- sollozo en mis brazos mientras solo pude acariciar su cabello como confort.
-Ey chiquito, tranquilo- dijo Diego colocándole una mano en el hombro, de un momento a otro y como si fuera una invitación Junior se abalanzo sobre Diego.
-Ya ya, todo está bien- arrullo Diego a mi desvalido amigo- ¿quieres hablar de lo que pasó, patito?-dijo haciendo alusión al atuendo de Junior, una (no puedo creer que lo este diciendo) adorable chompa cuya capucha emulaba la cabeza de un pato con pico y todo, combinado por unos shorts cortitos que no disimulaban para nada el voluminoso pañal que portaba Junior. Si no tuviera miedo de que empezara a llorar más fuerte, bromearía con eso, de seguro hasta está mojado si pudiera apostar.
Los chicos pasaron de estar interesados en mi a tratar a Junior como si fuera la cosa más frágil del mundo... no sé por qué pero eso me puso celoso.
Se supone que yo soy su hermanito pero en lugar de abrazarme a mi está abrazando a Junior.
Deje mis celos de lado, una vez que Junior paso de llorar a solo sollozar, no entendía porque estaba de esa manera. ¿Los que lo adoptaron serán malos? No vi algún indicio en su cuerpo, ¿será que solo anda de exagerado? Porque a mi también me adoptaron pero claro que esos dos son muy buenos conmigo.
-Tengo un nuevo hermano mayor y es un gigante malo, y mis papis me pusieron esta ropa fea- empezó a berrear de manera infantil.
-No es cierto, te ves adorable- añadió el chico de la capucha de conejo- te ves parecido a mi.
-¡Pero no quiero verme como un bebé!
-¡Oye! No soy un bebé, ya tengo 4 años- dijo el vestido de conejo.
-Sabes, hay muchos juegos, creo que servirán para que puedas despejar un poco tu mente en lo que me cuentas el resto de tu historia- dijo Diego y enredo sus manos para dirigirse a uno de los juegos.
-¡Nos vemos en los trampolines!- grito el chico del chupón.
Me quede congelado en mi sitio, los demás se habían ido y Diego parece que prefiere al bebé de Junior.
Sentía un escozor en mi ojitos hasta que una mano se enredo con la mía.
-¿Qué esperas hermanito?- dijo Diego- Supongo que tendré que llevarte de la manito, ahora vamos los tres que quiero brincar muy alto.
No sé porque no aleje mi mano, tal vez porque Junior se aferraba a la otra mano de Diego como si fuera un salvavidas, solo sé que se siente bien estar de la mano con mi nuevo "hermanito".
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POV Álvaro:
Esta situación es el epitome de lo raro, pase de ser arrestado por golpear a mi excuñado a estar siendo cambiado de ropa en frente del susodicho.
Habíamos acabado de llegar a la casa donde nos quedaríamos. Una cachorrita muy conocida por mi se acerco emocionada a saludar.
-¡Lola!- grite emocionado cargando a la perrita mientras ella aprovecho para lamerme la cara.
-Ella te extraño mucho- dijo mi hermano Adriano.
-No la podíamos dejar con nuestros padres así que tienes que ser responsable con ella, bebé- dijo el idiota de Connor haciendo énfasis en esa ultima palabra.
-No me digas así.
-Pues esas son las reglas de este lugar, debes entender eso.
-Pues la fidelidad era la regla más básica del matrimonio pero tu pene comunitario no entiende eso.
-Ya, cálmense ustedes dos. Entiendo que toda esta situación no es la ideal ni siquiera es lógica hasta cierto punto pero así se dio. Y no, todavía no he vuelto con Connor...
-¿Ah no?- dijo sorprendido, lo que me hizo sonreír.
Parece que noto mi satisfacción porque lo cambio de tema abruptamente.
-Adri creo que deberíamos cambiar primero al bebé, míralo todo sucio por la caída que hasta lo hizo llorar. Además hace rato como que huele a -fingió oler el aire- uy pobrecito, Adri, creo que el pequeño Alvarito tuvo un accidente en su pañal.
No llores, no llores y sobre todo no lo golpees si no quieres que se alargue tu estancia en este lugar de locos.
-Vamos Alvi- dijo Adriano tomando mi mano y siendo guiado por el hasta una habitación.
Habitación que me dieron ganas de desaparecer apenas la vi, había una cuna grande rodeada de peluches, una especie de mesa, un estúpido caballito de madera y una enorme silla mecedora.
-Y espera a que veas el cuarto de juegos- añadió Connor.
-Ven hermanito, te ayudare a cambiarte- dijo Adriano- Connor por favor ve preparándole un biberón, de seguro tiene hambre- concluyó.
-Todo por mis dos amores.
-Bueno y ahora por dónde empiezo- dijo Adriano poco después que el idiota se fuera a la cocina, y por el tono era obvio que no se refería al cambio de pañal.
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Villa Júbilo (ABDL)
Teen FictionEl fin del Derecho Penal siempre ha sido la reinserción en la sociedad, hace cuatro años con la delincuencia en auge y las cárceles abarrotadas, el Estado no ha tenido más opción que aceptar la propuesta del entonces ministro del interior, Matthew...