Juliette una vedette de 18 años que trabaja como bailaría exótica, capta la atención de un hombre dueño de un burlesque de 20 años. Ella bailaba todas las noches sin darse cuenta que sería la obsesión de aquel hombre, quien pronto se volvería su adi...
─Bill.─me acerqué a mi hermano quien estaba colocando vasos de color rojo con diferente bebidas en cada una.─ ¿Ya le avisaste a Juliette?
─Tom... Es la quinta vez que me lo preguntas.─me miró reposando sus manos en su cintura, lo cual alcé los hombros.─ sí, Tom. Ya le dije a Juliette que venga...─suspiró y se dió vuelta para seguir con lo suyo.
─¿A qué hora le dijiste?
─¡¡TOM!!─me señaló enojado y traté de no reírme, no me podía tomar nada en serio.─ ¡¡DEJAME SEGUIR CON LO MÍO Y DESAPARECE!!─agarró los vasos sobrantes y se marchó, no sin antes sacarme el dedo del medio.
Subí a mi habitación para acomodarla, si todo sale bien, hoy la pongo.
Luego de terminar con mi cuarto ya no sabía que hacer, hasta que recordé que tenía un poco de marihuana así que la busqué como loco para poder fumar de ella. Al encontrar el frasco, agarré una pipa que había hederado de mi abuelo y coloqué un poco allí, encendí un poco con la llama del Clipper para luego fumarla y ahí quedar en las nubes.
De nuevo me la imaginaba a ella; viniendo a mi cuarto, con música adecuada al ambiente, obviamente estamos hablando de Arctic Monkeys. Cerré los ojos para disfrutar mi viaje astral hacia otro planeta y seguir imaginándomela. Se posaba encima mío y en cada jodida fantasía me la imaginaba bailandome, baila tan bien que me calienta.
Algo comenzaba a crecer entre mis pantalones y la causante justamente no estaba aquí, pasé mis manos por debajo de mi pantalón pero unos golpes en la puerta me interrumpieron.
─¿Quién mierda es?─grité y por la puerta entraron Gustav junto con Georg.
Georg tenía a Bill en sus hombros como saco de papa y Gustav repitió lo mismo conmigo, ignoraron nuestros gritos y fueron corriendo hacia el patio donde se encontraba la grande piscina que teníamos, tirandonos en ella a ambos.
─¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS PAR DE IDIOTAS!!─dijeron al unisono y se chocaron las palmas. Luego por la puerta entraron dos chicas en bikini cantando el feliz cumpleaños con una torta en sus manos y una vela ya encendida.
Nos dimos una mirada con Bill sonriendo, esta noche sí sería la mejor.
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─¿Qué más hace falta comprar?─pregunté a Bill, mirando todos los globos de diferentes colores.
─Yo tengo una idea...─dijo Gustav, llevando su dedo índice a su mentón y mirando todo el lugar.─ es muy de drogadicto.─todos lo miramos, esperando a que hable.─ podríamos colgar pequeñas bolsitas en el techo, con polvo de hadas.
─Que drogadicto eres.─lo señaló Georg.
─A mí me gusta la idea.─alcé los hombros y miré a Bill, quien sonreía y asentía repetidamente.
A Gustav y George lo conocimos en el colegio a la edad de 13 años, los cuatro tuvimos una conexión casi inmediata y desde entonces somos amigos. Cuando éramos más chicos pensamos en la idea de hacer una banda en conjunto, pero fue descartada y me había puesto en marcha con el burlesque. Gustav era abogado, Georg modelo de Calvin Klein y Bill... A Bill lo mantenía yo.
Luego de terminar los últimos detalles, de colgar las bolsitas en el techo y poner muchos parlantes, nos fuimos un rato al patio a fumar un poco.
─Yo creo que esta noche será la mejor.
─¡Sí, tiremos la casa por la ventana!
─¡Proyecto x!
Yo solo podía pensar en mi sexy chica y lo jodidamente buena que se verá esta noche, me perdí en mis pensamientos... Ella es mi pensamiento de día y noche.
─¡Tom!─me empujó el hombro.─ te están hablando.
─Ah... ¿Qué pasa?─pregunté mirando a los chicos.
─¿Por quién estás tan perdido?─preguntó Gustav.
─Eso... ¿Quién es la que te quieres agarrar ahora?
─¡Nada de eso! Mi hermano esta vez está enamorado en serio...─chistó Bill dándole una calada a su cigarro y los chicos me miraron asombrados.
─¿Qué?─alcé los hombros y prendí un cigarro.
─¿Es en serio, Tom?─preguntó Gustav todavía con los dos ojos abiertos como platos.
─Sí..─largué el humo por la boca.─ Bill tiene razón.
─¡Entonces dale para adelante!─dijo felizmente Georg y me dió palmadas en la espalda.
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Las personas ya estaban llegando por lo que podía escuchar, yo estaba en mi cuarto preparándome para ir abajo y cautivar a todas con mi belleza, más que todo a aquella femenina que me encantaba.
Me puse un jean grande claro con unas zapatillas blancas, una remera blanca holgada y una camisa cuadrillé roja. Por supuesto me puse una vincha negra al rededor de mi cabeza, me prendí un cigarro y me di una última mirada en el espejo antes de bajar.
Mientras bajaba las escaleras miraba a todos lados para ver si encontraba a Juliette, pero solo estaba Heidi y la tal Chloé que había conocido en el burlesque. Se me acercaron varias personas para saludarme y Heidi se me estaba por acercar, pero logré irme con mis amigos.
─Avisenme cuando esté Juliette en la puerta, quiero ser yo quien le abra.─sonreí y seguía fumando aquel cigarro.
─Bien enamorado estás.─rió Gustav y me pasó una botella de vodka puro a la cual le hice cascada.
─¡Toooommm!─Bill venía corriendo hacía mí alzando los brazos y con una sonrisa en su cara.─ ¡Ya llegó Juliette!─abrí los ojos y sonreí, yendo hacia la puerta.
Los chicos venían atrás mío, me paré frente a la puerta y la abrí, quedando totalmente atónito con lo veían mis ojos.
Abrí un poco mi boca y mis ojos viajaban por cada parte de su cuerpo. Su escote color negro con cintas que pasaban por su diminuta cintura, su mini que podría ver hasta lo más profundo, unas bucaneras con plataforma que la hacían ver un poco más alta y sobretodo su maquillaje; tan brillante, sus labios rojos tan besables y su pelo recogido que me encantaría tener entre mis manos.
La miré de arriba abajo, mientras que por mi boca exalaba el humo del poco tabaco que me quedaba, lo tiré por ahí y le ofrecí mi mano, la cual aceptó con una sonrisa coqueta.
─Esta noche serás mía.─susurré en su oído y sentí su piel erizarse.
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el outfit de Tom fue este¡! nada más q con una vincha negra d esas q usaba.
