୨⎯ ❝𝙏𝙝𝙚 𝙧𝙚𝙩𝙪𝙧𝙣❞ ⎯୧

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Ya estábamos de vuelta en el avión, habían sido las mejores y peores vacaciones que he vivido, jamás creí que la volvería a ver y menos ahí. Todos estábamos enojados con Georg, aunque no entendía porque Gustav también había tomado la decisión de alejarse de él.

Trataba de dormir pero no podía, seguía pensando en aquel reencuentro y lo loco que fue, ni hablar de que Juliette era la amiga de la que tanto hablaba Liv. Mis sospechas fueron ciertas desde un principio, ella era esa chica, la chica por la cual lloré varias noches.

Ya no te amo Juliette y haré todo para olvidarte.

εїз

Me desperté por los leves golpes que sentí en mi hombro, era Gustav despertándome.

─¿Qué pasa?─me estiré como pude y abrí mis ojos lentamente.

─Ya llegamos, cabezón.─se levantó y sacó su bolso de la parte de arriba.

Me paré para repetir la misma acción, pero cuando estaba por levantarme me golpeé la cabeza.

─¡Já! ¡Estúpido!─Bill me señaló y rió, a lo cual le mostré el dedo del medio como respuesta.

Bajamos del avión y luego fuimos a la parte principal del aeropuerto.

─¿En qué iremos?─preguntó Bill, subiendo sus lentes hacia la cabeza.

─Ehhh...─rasqué mi nuca pensando, no lo había tenido en cuenta.

─¡¿Otra vez?!─gritó.

─¡Piensen ustedes también! ¡No puedo pensar en todo yo!─me fui a un lado y encendí un cigarro, necesitaba tranquilidad.

Luego de 8 minutos, terminé de fumar y fui donde los chicos, nuevamente. Mientras ellos hablaban, yo le pedí a Heidi si nos pasaba a buscar, mi nueva sugar.

─¿A quien llamaste? ¡Ya pasó media hora!─bufó Bill, de nuevo.

─Cállate, exagerado.─lo miré mal.─ ahora viene Heidi por nosotros... Por nosotros tres.─carraspeé mi garganta, mirando a Georg disimuladamente.

─Ni se preocupen por mi, está todo bien.─nos miró con el ceño fruncido.

─¿Acaso viene tu puta noviecita a buscarte?─pregunté totalmente desinteresado.

─¿Cómo la llamaste?─se acercó a mí, apretando sus puños y yo ya estaba listo para repartir piñas.

─Puta.─lo enfrenté y ya estábamos tan cerca, un poco más y le daba un beso.

─Vamos Tom, no ensucies tus sagradas manos por hombres que no valen la pena.─dijo Bill rebajandolo con la mirada y Gustav miraba todo sin meterse en la conversación.

De fondo se escuchaba como tocaban la bocina y llamaban por mí, pero estaba concentrado en mi enojo y furia del momento.

─Tom, cariño.─bajó Heidi y agarró suavemente mi brazo.─ vamos...

─Sí, vamos linda.─agarré de su mano y fuimos hacía su auto, seguido de Bill y Gustav.

El ambiente estaba bastante tenso e incómodo, aunque quitando eso fue tranquilo. Heidi nos llevó hacia casa y Gustav seguía el rumbo, al llegar Bill bajó y Gustav también para ayudarlo.

─¿Cuándo nos veremos, Tom?─se acercó a mí, con intenciones de subirse encima mío.

─Ahora no, estoy cansado.─traté de abrir la puerta, pero agarró mi mano.

─Ahora sí.─se subió completamente arriba mío y besó mi cuello.

Puse mis manos en su cintura apretándola y la moví sobre mi regazo haciendo que el ambiente se caliente. No me iba a venir mal tener algo de sexo, estaba bastante estresado.

Sus manos viajaron hacia mi cinto sacándolo y desabrochando el pantalón junto con mi bóxer. Subí su vestido y corrí a un lado su ropa interior, posicioné mi masculinidad contra su feminidad adentrandola de a poco.

─Tom...─arqueó su espalda ante tal tacto.

Adentré todo y la moví, haciendo que de saltos sobre mí. Los vidrios se empañaban y ella lo disfrutaba totalmente, menos yo.

Estuvimos alrededor de 30 minutos, ella realmente no me daba el placer para satisfacerme del todo y debido a eso, no me hacía terminar.

─Bien, creo que ya debo irme.─dije con la respiración algo agitada y la saqué de encima mío, para acomodarme la ropa.

─Pero, aún no acabaste.

─No lo haré de todas maneras, gracias por traernos.─bajé del auto, no sin antes agarrar mi bolso.

Entré a mi casa y Bill ya estaba casi dormido en el sillón, di pasos sigilosamente pero se me cayó un jarrón y se despertó.

─¡Tom! ¡Ese era de mamá!─señaló algo enojado y exaltado.

─¡Mierda! ¡Nos matará!─me agarré de la cabeza, ya imaginando con lo que me iba a pegar.

─¡A ti te matará! ¡Corre para que no te pegue con la sartén esta vez!─comenzó a reír sin parar y yo seguía con miedo.

─Esperemos que esta vez sea menos ruda...

─Oye ¿Por qué tardabas tanto? ¿Acaso...?

─Sí, tuvimos sexo. Ella se ofreció y era de mala educación rechazar.─alcé los hombros y me dirigí a mi cuarto.

Dejé todas las cosas tiradas por ahí y fui a tomarme una ducha, no podía soportar más todo esto.

Estuve mínimo 20 minutos bajo la ducha, ya mi piel se ponía como una pasa de uva. Fui hacia mi habitación y me puse ropa cómoda, para luego irme a dormir.

Cerré los ojos y la escena de ese momento se repetía una y otra vez. Tenía que hacer cualquier cosa para quitarmela de la cabeza.

Todo se trataba de ella, incluso cuando no estaba cerca.

εїз

Desperté y eran las 03:00 de la madrugada, habían muchos ruidos provenientes de abajo y se escuchaba música fuerte.

Bajé con mi pantalón a rayas junto con una remera negra, sin mi bandana y con remera negra, en patas. Antes fui al baño a lavarme la cara, no quería caer como muerto.

─¡Tom!─escuché unos gritos femeninos, alcé mi vista y allí estaba Liv.

─Liv, hola.─me acerqué y rasqué mi nuca con nervios.

─Tu y yo necesitamos hablar.─dijo con el ceño fruncido, se veía jodidamente excitante.

─Claro.─agarré de su cintura, pegandola a mi cuerpo y luchaba por no tener una erección.

─Antes hablarás conmigo.─exclamó la pelinegra más linda que había visto.

─Juliette...

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hola! espero que les haya gustado y si es así, les agradecería que voten.💗

tengo varias cosas planeadas para los siguientes capítulos, ya se va a terminar la historiaaaaaa.

𝘼𝙙𝙞𝙘𝙘𝙩𝙞𝙤𝙣; Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora