Prefacio

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Prefacio: El rompe flores.

 22 DE JULIO DEL 2018.


No sé cómo formular palabras ni cómo mirar a los ojos; no sé cómo enfurecerme y gritar a los cuatro vientos que todo está mal; no sé cómo reclamar algo que nunca fue mío; no sé levantarme ni tomar valor para actuar. Me han cortado las raíces y no sé si vuelvan a crecer.

En estado estafermo miro a la nada, esperando. Siempre esperando. El primer golpe llega; sus manos que una vez me dieron caricias y consuelos hoy me destrozan. Mi mejilla izquierda cosquillea y mi cuerpo se prepara para lo que sigue.

El segundo golpe es más fuerte de lo esperado: un puñetazo en la boca estómago que me tumba por completo. Me hago ovillo y con manos débiles y temblorosas toco mi estómago a forma de protección y consuelo.

Él grita algo repetidas veces pero no logro comprenderle. Mis oídos punzan y sólo puedo sentir la ráfaga de patadas que llegan a cada rincón de mi cuerpo. Por fin, después de unos segundos, algunas palabras se hacen entendibles y todas son insultos: "Maldita puta ¿era lo que querías? ¿Era lo que querías?" "¡Contesta, maldita, contesta!" "¡Eres una mierda! Una maldita perra, una escoria."

Mi cabello se pega en mi rostro cubriéndolo mientras los golpes pierden fuerza hasta que cesan, como si parte de mi cuerpo reaccionara a la humillación. Él se va, dejándome tirada a sabiendas de que aún vivo para otro infierno.

Me levanto del suelo y veo pequeñas manchas de sangre por toda la alfombra. Tambaleándome llego al baño en busca de un espejo, miro el desastre en mi cara: mis labios están rotos, mi nariz sangra y mi ojo derecho está hinchado. Abro el grifo y lavo mi cara. Agua roja hace movimientos circulares antes de irse por completo. Me miro una vez más en el espejo pero todo es oscuro. No hay nadie a quien ver, él se ha encargado de recordarme eso.

«Una bella flor como tú, no puede ser nada, no puede ser nadie.» Él dice siempre y yo, con miedo de no ser persona, me lo creo.

Su nombre puede quedar intacto por el momento y será dicho cuando llegue el tiempo de decirlo. Sus rasgos están sepultados y será descrito una vez que tenga nombre.

Yo era alguien, una flor ahora destrozada.

Él. Él era un rompe flores.

Rompe Flores. (EN EDICIÓN) -Zaira Nápoles Díaz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora