Capítulo 4: Llave misteriosa

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Capítulo 4: Llave misteriosa.

06 DE FEBRERO DEL 2014.

Me encontraba sentada en el taburete favorito de Olga.

Su hogar siempre me había perecido precioso. Un detalle tras otro que solo daba comodidad. Su habitación era la más fina de todas las habitaciones y de la misma forma era este taburete: fino. Tenía unos detalles bellísimos. Cada parte del taburete lo delineaban finas líneas circulares y rectas de color dorado. Olga lo amaba y lo consideraba el tesoro más grande de su casa. Olga había puesto en su testamento, específicamente, que este taburete sería mío, entre otras cosas. Ahora esto era de mi propiedad pues, Olga había muerto.

Según su abogado, Olga sufría de una enfermedad que no quería nadie supiera y que no se le diría a nadie, hasta un mes cumplida su muerte.

Mi tristeza era tan extrema que no sentía ni ganas de llorar. Olga era mi familia y perderla era volver a iniciar, sin nadie.

Olga guardó su humor extraño y extremo para último momento y dejó en su testamento un tipo "mapa del tesoro", dónde tenía que buscar ciertas cosas para mí en toda su casa. El punto de partida era el/mi taburete.

Podía imaginarme la voz vieja de Olga dándome las instrucciones. Me recordaba a la primera vez que entré en su tienda y desde ese día supe que ella sería mi nueva familia.

« 02 DE ENERO DEL 2010

Había desempacado durante horas. Colgué cuadros y retratos por toda mi casa. Desempaqué los libros y acomodé compulsivamente en un librero de la sala.

Toda mi casa había quedado casi perfecta, claro, exceptuando algunos detalles. Pero lo que ahora me tenía con pendiente, era mi jardín trasero y delantero.

Recordaba haber visto al menos unas tres florerías cerca de aquí, así que, sin perder más tiempo, me encaminé a todas ellas en busca de mi jardín perfecto.

Primero fui a una que está una cuadra arriba de mi casa "Florería los tres amigos". No tenían tanta variedad como a mí me hubiese gustado, aun así, para no quedar como tonta dentro de su tienda, compré dos macetitas para interiores.

Después fui a la Florería "Rosas" y tal como decía el nombre, esta estaba repleta de rosas, así que solo compré un florero y un ramo de rosas rojas.

Por último fui a la florería "Home Tulips". Desde fuera se veía divina. Adornada con al menos siete tipos de flores y pino enano y un árbol que daba sombra a una banquita en la calle muy acogedora. Entré desconfiada a la tienda, pues me había llevado ya dos decepciones, pero esta, al contrario de las otras, tenía vida, calor y color. Me encantaba. Una anciana muy gentil me recibió al instante con una radiante sonrisa que me hizo sonreír a mí.

-Bienvenida a mi florería, querida. Mi nombre es Olga. ¿Qué te trae por aquí? Se ve a leguas que eres nueva en el pueblo.

-Así es, soy nueva por acá. Me llamo Camelia y vine en busca de distintas especies de flores y semillas para hacer mis jardines delantero y trasero.

-¿Piensas hacer un pequeño o gran huerto, Camelia?

-En realidad será pequeño. Tenía pensado en comprar ají, calabazas, tomates, entre otras verduritas. También quiero distintos colores de rosas en semillas y algunas en macetas. En fin, vengo a hacer la compra del año.

-Y para mí eso es todo un cantar. Verás Camelia, tengo de todo lo que puedas imaginar. No te preocupes por el dinero si es que llegas a ver algunas cosas caras, que cuando alguien me compra por mayoreo y de tanto, suelo hacerles muchos y buenos descuentos. Acompáñame, querida, tengo el presentimiento de que no será la única vez que nos veamos. Estoy casi segura de que seremos como familia, a fin de cuentas, yo necesito a alguien, soy soltera y para una vieja como yo, es más que suficiente una joven entusiasta como tú. »

Rompe Flores. (EN EDICIÓN) -Zaira Nápoles Díaz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora