Capítulo 6: Él. (Primeros indicios de Él)
09 DE FEBRERO DEL 2014.
Era el tercer día desde que recibí aquel regalo misterioso de una persona misteriosa. Azael vendría hoy a mi casa a medio averiguar quién estaba detrás de todo eso.
Sin importar sus reclamos de inocencia, para mí, Azael, seguía siendo un gran sospechoso; sin embargo, le dejaría ayudarme por si resultaba ser cierta su versión.
Subí a mi habitación en busca de la caja de regalo y de paso, cambié mi ropa de pijama por mi atuendo casual, no sin antes darme una fría ducha.
Como era costumbre, mi atuendo era floral y algo elaborado, sin embargo, hoy había decidido algo un poco más moderno dejando atrás lo clásico.
Lo acompañé con unos zapatos bajos color rosa pálido, haciendo contraste con mi piel y lo blanco del vestido.
Solía maquillarme solo los fines de semana y el resto de esta solo ponía alguna base u ocultaba mis horribles y grandes ojeras. Hoy decidí ser un poco arriesgada en cuanto apariencia, dándome cuenta de que quería verme linda, vibrante y perspicaz solo para él.
¿Qué pasada por mi cabeza? El posiblemente arruine mi vida, si no es que ya está trabajando en ello. ¿Por qué quiero que me mire bien? ¡Igual va a criticarme en cuando cruce mi puerta!
Terminé de maquillarme pensando en las mil cosas que Azael podría decir al verme. "Oh pero si es la cursi siendo ridícula" dirá él, si no es que algo más cruel. Está bien, tal vez no diga algo tan estúpido como eso, pero estoy segura de que herirá mis sentimientos.
Frustrada me miré en mi afeminado espejo, dándome cuenta de que la última vez que me arreglé tanto para alguien fue cuando prácticamente traicioné a mí...
Unos fuertes golpes en la puerta interrumpieron mis pensamientos. Tristes y agotadores pensamientos.
Tomé la "caja misteriosa" y bajé a recibir a un desesperado Azael.
-Pasa –dije irritada al ver su estúpida cara cuando abrí la puerta– ¿No puedes ser un poco más prudente y tocar como la gente normal? ¡Es estresante el sonido sordo de un puño contra una puerta!
-Es como si yo te dijese: ¿podrías ser como la gente normal y dejar de ser una ridícula con flores todo el tiempo? –contestó a la defensiva.
Sabía que lo haría. Sabía que jamás sería si quiera algo atractiva para él. Siempre soy una ridícula cursi. No sé que esperaba de esto en realidad, quiero decir, sabiendo que él me haría menos con lo que tuviese puesto, fui una tonta al vestirme de forma "adecuada" ¡a conciencia! Me sentí estúpida y menospreciada.
Pasamos unos cuatro o cinco minutos sin decir nada y al parecer yo tenía una cara de pocos amigos pues poco a poco Azael cambió su postura a algo incomodo, bajó la mirada y jugueteó con sus pies y manos de la misma forma que un niño pequeño regañado lo haría.
Para ser sincera, era una expresión muy tierna de su parte, sin embargo, su insulto anterior, seguía opacando cualquier sentimiento dulce de mi ser.
-Siéntate en alguna silla en el comedor –dije más dura de lo que esperaba.
Caminó primero que yo y en verdad se lo agradecí, así pude tomar un respiro y cambiar mi cara enojada por una triste.
Unos segundos después, lo seguí por el camino de la sala al comedor para...
Él no estaba sentado frente a la mesa, más bien estaba parado frente a una foto familiar. Esa foto fue tomada en el mismo mes en que mi hermana murió. Mis padres me la obsequiaron cuando me mudé. Azael descolgó dicha foto y con una dulzura extrema acarició los rostros, como si fuese su propia familia. No me cansaré de decirlo, es la persona más extraña con la que me he topado. Esto era muy incomodo, así que lo dejé seguir apreciando y una vez vuelto al Azael normal, decidí hacerme presente en el comedor.
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Rompe Flores. (EN EDICIÓN) -Zaira Nápoles Díaz.
Mystery / Thriller«Yo era alguien, una flor ahora destrozada. Él. Él era un rompe flores.»