Dalia Miller.
—¿Qué ustedes qué?— Ivonne quedó sorprendida.
—¡Sí! Estuvimos a punto de besarnos— me frustre al recordar el momento.
—¿Él qué hizo?— cuestionó Yessica.
—¡Nada! ¡Solo sonrió! Y me dijo que me fuera y ajá. Que intenso fue— me puse la sudadera en mi cara porque estaba segura que ya estaba rojisima.
—Definitivamente— hasta ahora habló Emma. Lo cual era raro.
Sople el cabello que tenía por toda mi cara, luego de sacar la sudadera de esta y me fui directo al baño.
Ayer había sido la fiesta, hoy hacía una semana que había visto en persona a Izan por primera vez.
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Íbamos a la cafetería Harrison por el café de todas las mañanas.
Emma, Ivonne y yo entramos al lugar. Ivonne estaba estacionando su coche.
Al entrar se podía ver que hoy era un buen día para el lugar, las mesas estaban llenas.
Al vernos Demean nos hizo señas — nos había apartado una mesa— habían pasado como cinco minutos cuando vimos como el ojiclaro entró en aquella peculiar silla de ruedas.
Con su cara de querer herir a cualquiera que lo mirara. No sé cómo, pero él me notó, nuestras miradas se conectaron una vez más.
Y una vez más fue él quien desvió la mirada y siguió con su camino hasta pasar la mesa en donde nosotras estabamos —aclaramos que la mesa estaba por la entrada al pasillo en donde estaba la oficina y en donde él se mantenía—.
—¡Hola Izan!— saludo Emma.
Las tres volteamos a verla. Ella solo alzó sus hombros.
—Sí, hola— contestó desinteresado.
Nos sorprendimos ante su respuesta, nunca pensamos que contestaría.
Minutos después estábamos tranquilas riéndonos hasta que salió con su cara de enojo, y Emma tuvo que hablar.
—¿Qué? ¿Te molesta nuestras risas?
—Sí— estaba fastidiado, se notaba.
Y como siempre, yo estaba nerviosa, la mesa se quedó en silencio, gracias a que el café tenía pequeñas bocinas con música los demás no escucharon.
—¿Qué te pasa? Tú no eres así—lo miré confundida —Ya era así pero me negaba muchísimo a este Izan—
No lograba entender qué pasaba con él, era como si nuestra presencia le molestara, ni siquiera éramos cercanos para que se comportara así, es más no teníamos ningún tipo de relación con él. Sí, me moría por Izan pero él no lo sabía. No tenía la mínima idea que yo estaba ahí solo por él, quizás solo lo confundí la otra vez pero nadie le ha dicho nada y quiero creer que para él no estaban claras las cosas.
¿Entonces por qué su actitud era así?
—¿Qué no soy así? No tienes ni la menor idea de como soy. ¿Crees conocerme solo por lo que estuvo apunto de pasar ayer? Pues te equivocas… Solo me acerque a ti para saber qué es lo que buscas.
—¿Y qué es lo que busco? Según tú— reclame.
—Lo mismo que todas las que se acercan a mi hermano. Poder conocerme e intentar relacionarse conmigo para tener fama y dinero— se acercó.
Que imbécil.
—Claro que no, no todas buscamos lo mismo Izan.
—¡Por favor! Todas son iguales. Solo buscan lo mejor para ustedes.
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ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇
Teen FictionDalia Miller es una chica que se muda a la ciudad en donde reside el futbolista que le robo los pensamientos desde el primer día que lo vio debutar a traves de la TV. La actitud de un chico amable, divertido, pero un poco reservado cambia al enterar...