26 { La maceta } ♡

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Dalia Miller.

Al llegar a casa solo me duche, me puse unos pantalones flojos y un suéter flojo también, amarre mi cabello y salí de mi pieza, rumbo a la sala, donde ya estaban todos cuanto llegué.

—¿Listos?— dije un poco emocionada.

—¡Sí!— respondieron todos, solo que un poco más emocionados.

Al llegar al estadio el ambiente se sentía a todo.

Luego de entrar y llegar a nuestras bancas, sentía una sensación extraña. Miraba a todo lados sin razón alguna hasta que comenzó el partido.

Los chicos del Gonzma fueron los primeros en rodar el balón.

Desde donde estaba se miraba Ernesto, Mateo, Richard, Alen, Edu y todos los que estaban jugando.

Nuestras cabezas se movían a donde el balón lo hacía, la gente a nuestro alrededor gritaba sin que les importara que mañana despertarán sin voz.

De la nada un señor a nuestro alrededor comenzó a usar un tambor para ambientar más, esto hizo que la vista de todos se posara en él.





♤~♤~♤~♤

Izan Harrison.

El ruido de un tambor hizo que nuestra miradas buscarán de donde provenía ese sonido.

A mi lado estaba Demean, Callum, la pequeña Zulay y el resto de los amigos de Rossi. Les hablé de este partido a Callum y a Sarah para que vinieran y vivieran un poco de esto.

Todos volteamos a ver el señor que estaba sin playera, con una bandera del Gonzma amarrada como paliacate en su cabeza. A su alrededor  la gente cantaba el grandioso himno.

Y sin querer mi vista llegó a Dalia.

Me quedé mirándola. Vestia unos pantalones flojos color negro y un sueter café, grande también.

Y fue hasta ahí que recordé las palabras de Rossi antes de que se fuera.

Era la primera vez que la miraba bien, no estábamos muy lejos, estábamos a tres filas de ella y desde aquí podía verla demasiado bien.

Las veces que la he visto no he podido ver su rostro y ahora la tengo casi frente a mí.

No sé si he convivido mucho con Callum Rossi pero su voz comienza a escucharse en mi cabeza, diciéndome "Ve y dile que la amas".

El primer tiempo acabó. Para el segundo el Gonzma metió el tercer gol, haciendo que el marcador estuviera.

3 - 0

Faltaban dos minutos más la reposición que siempre dan y debo admitir que no he visto un partido, he visto a una chica con ojeras debajo de sus ojos, los cuales están perdidos y apagados. Su lengua ha estado pasando en sus labios, con el intento de mantenerlos hidratados. Sus manos, su cuello y sus orejas no llevan ningún accesorio. Su cabello está amarrado. 

Sus ojos estaban buscando algo y la voz de Rossi sonó en mi cabeza una vez más.

"No dejes que te mire… porque si te ve, tratara de evitarte a toda costa"

Voltee rápido a ver a Ernesto que estaba festejando el gol que terminaba de colocar.

—Soy un estúpido…

Me mordí el labio inferior.

—¿Qué dices?— se acercó Demean.

—Que mi estúpida actitud alejó a Dalia de mí, ahora me estoy dando cuenta que la he perdido— le dije esto casi gritando.

ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora