22 { Llegó el día } ♡

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Emma.

—¿Segura que no dejó nada?— preguntó Ivonne, estaba manejando hacia el aeropuerto

—Sí…

No esperé a que la chica estacionara el auto para que bajara.

—¡Me van a multar por tu culpa!— me gritó desde el auto.

Pero me importa una mierda. Fui a la entrada del sitio y corrí en busca de la sala en donde anunciaban los vuelos.

—¿La ha visto?— le mostré una foto de Dali al chico.

—Muchas personas entran y salen de este lugar— me respondió de mala gana.

—¡Aprende a responder lo que te preguntan!— lo apunte, estaba dentro de una desesperación, combinada de frustración.

—Tranquila

—¡Quítate!— lo empuje y me fui a otro lugar.

Estuve preguntando por ella hasta que sentí mi móvil vibrar.

Respondí.

—Emma…

Era la voz de Izan.

No le respondí. Ni siquiera sabía de dónde había sacado mi número.

—No dejes que se vaya, necesito hablar con ella…

—¡Vete a la mierda Harrison, todo esto es tú culpa!— grité a través del aparato.

—Emma yo…

—¡No! Todo es tú culpa… si tan solo hubieras ido la tarde de tu estúpido cumpleaños con ella… todo fuera diferente.

No dijo nada y colgué.

Pregunté por ella otra vez.

—Pasajeros del vuelo 26 con destino a México… favor de abordar que el avión despegará en 8 minutos— dijeron a través de la bocina.

Corrí a la sala que se supone debería estar si se regresa a casa.

El móvil volvió a sonar.

Respondí sin ver quién era.

—Estamos en el auto con Lia…

Suspiré aliviada.

Guarde la foto con el movil y caminé pensando en todo lo que le dije al tonto de Izan.

Al llegar al coche miré todas las cosas de Dalia ahí.

Tenía pensado irse, estaba claro.

Caminé hacia ella muy enojada.

—¿¡Qué te pasa!?— le reclamé bruscamente.

Ella solo me abrazó y se puso a llorar más de lo que ya estaba. Yessica e Ivonne subieron sus cosas al auto y regresamos a casa.

Durante el camino no paró de llorar y me acordé de él.

—Para el auto, voy a comprar un café para Dalia— le dije a Ivonne.

Al entrar al café pedí uno y le llamé.

—Tienes una última oportunidad Harrison…

—¿Eso quiere decir que?— su voz sonaba más tranquila.

—Es la última Izan… si le vuelves a hacer daño… me encargaré que te quieran por tus sentimientos y no por tu cara.

Colgué.

Al regresar al carro ella ya se había calmado un poco y entre sollozos nos preguntó sobre Izan.

—Primero vas a decirnos porque te ibas— la miré.

ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora