🥊CAPÍTULO 9🥊

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KEISHA

Soy una estúpida.

Después de lo que acabo de ver, me siento ridícula por haber tenido celos de Rowan en algún momento.

Supongo que he sido demasiado estrecha de miras. Al verla tan cariñosa con Trenton pensé lo que no era y ahora me da vergüenza hasta mirarla.

Porque ha sucedido lo que tanto temía; la he juzgado mal.

Y lo peor es que Trenton – que me conoce mejor que yo misma – se ha dado cuenta de todo. Las esquinas de su boca se curvan hacia arriba en una sonrisa divertida y yo solo quiero evaporarme.

— No era lo que esperabas, ¿verdad? — afirma, con cierta sorna. Me arden las mejillas.

— Yo...¿Por qué no me lo has dicho antes? Me has dejado quedar como una idiota — farfullo, algo molesta.

— Bueno, tengo que admitir que no he podido resistirme a verte celosa. Corrígeme si me equivoco, pero no es así como reaccionaría una amiga — constata lo obvio, haciéndome quedar en evidencia.

Aun así, intento defenderme como puedo para recuperar algo de mi dignidad.

— No digas tonterías, yo no estaba celosa — rebato, con los brazos en jarras.

— Mentirosilla — me pincha, acortando cada vez más la distancia que nos separa.

— De eso nada — atino a replicar, con la voz mucho menos firme de lo que me gustaría.

Mi espalda choca contra una superficie rugosa y entonces me doy cuenta de que es el tronco de un árbol. Nos hemos alejado tanto de la muchedumbre que estamos cerca del río y en esta zona hay bastante humedad. Tal vez sea por eso que tengo todo el vello de punta.

O quizá se deba a su cercanía, que me estremece entera.

— Demuéstralo entonces. Dime que si me acerco a ti no sientes nada, niégame que tu cuerpo no se estremece cuando te toco.

Trenton me reta y cada vez me resulta más difícil mantener la entereza. He pasado demasiado tiempo anhelando día y noche su calor, el olor de su piel cuando me abrazaba y me besaba y lo reconfortante de sus abrazos en las gélidas noches invernales.

Como si me leyera el pensamiento, Trenton posa las manos en la madera del tronco, a ambos lados de mi cabeza y sus labios se quedan a un escaso milímetro de los míos.

Mi autocontrol amenaza con flaquear y de repente siento un calor abrasador incendiándome las mejillas. Noto la boca seca y el corazón me palpita más rápido de lo normal.

Solo Dios sabe cuánto había echado de menos esta sensación que solo he logrado experimentar ante un beso inminente de Trenton.

— No siento nada.

Mi mente dice una cosa, pero mi cuerpo habla un lenguaje bien distinto. Y él lo sabe, porque lo conoce a la perfección

— ¿Ah, no? — tienta, con las cejas enarcadas y esa mueca irresistible.

— No.

A estas alturas solo habla mi orgullo, pero empiezo a aceptar que es una causa perdida. No seré capaz de resistirlo mucho más tiempo.

Apenas termino de decirlo, mi cuerpo le gana la batalla a mi mente y en un impulso le echo los brazos al cuello y estampo mis labios sobre los suyos en un impulso desenfrenado que pronto me tiene con la espalda pegada al tronco del árbol y con Trenton gimiendo en mi boca y alzándome por las caderas hasta que rodeo su cintura con las piernas.

Trenton: Peligrosa adicción ✔ COMPLETA ©️ EN FÍSICO CON MATCHSTORIES EDITORIAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora