TRENTON
Soy el primero en llegar al gimnasio tan pronto como Pétrovik abre, mascullando algo acerca de que estoy para que me encierren – porque lo he despertado media hora antes de lo habitual – y puede que no le falte razón, pero necesito quemar energía.
Hago pesas, salto a la cuerda, le doy al saco y salgo a correr.
Cuando regreso, recibo la noticia que estaba esperando.
— Rowan se ha pasado por aquí a traerte una bebida proteica, dice que tenía unos recados pero que volverá luego para vuestra sesión. Ya me podría haber traído algo a mí también, ¿nadie se acuerda de este viejo o qué? — dramatiza Pétrovik, pensando que es por eso por lo que sonrío.
— Qué considerada. Anda, pero no exageres, que hasta donde sé anoche estuviste más que bien atendido — decido tirarle de la lengua y realmente funciona porque se pone de todos los colores posibles y me maldice en ruso. '
— ¡Ponte ahora mismo a sudar o ya te daré yo a ti! — amenaza.
Le hago un saludo militar y cojo la bebida que me ha traído, luego me alejo con ella dando vueltas y alegando que voy a tomarme un descanso.
En realidad, lo que hago es encerrarme en la primera sala libre que encuentro para analizar su contenido a conciencia.
A simple vista, todo parece en orden, pero la bebida está demasiado granulada para lo que suele ser habitual en estos casos y al volver a ponerle la tapa para agitarla percibo un poso blanco en el fondo. Es tan leve que de no haber estado sobre aviso, probablemente no lo habría advertido.
Me quedo aquí rumiando mi frustración y calculando mi siguiente paso lo que parece una eternidad. Ya estaba por llamarla, pero mira por dónde; la reina de las mentiras entra por la puerta.
Y no trae buena cara. Será que le remuerde la conciencia, después de todo. Está jadeando y despeinada, como si hubiera venido corriendo, y se retuerce las manos por el nerviosismo antes de animarse a hablar al percatarse de mi mirada penetrante.
— Trenton, yo... tengo que hablar contigo de algo importante — acaba diciendo, sin ser capaz de mantenerme la mirada.
— No me digas. ¿Si me bebo esto que has dejado para mí daré positivo en una prueba de drogas? — suelto, sin andarme con rodeos y alzando la botella térmica con el batido proteico que ella ha traído para mí como cada mañana. Solo que esta vez sus planes eran bien diferentes. Al ver que lo sé todo, ella se pone pálida como un cadáver y traga saliva.
— Iba a decirte que no bebieras, me he arrepentido Trent...y si he venido aquí ahora es para contarte toda la verdad. Aunque creo que ya la sabes — comenta, intentando acercarse a mí. Pero alzo la mano para que se quede donde está.
Mis ojos son dagas que la fulminan y traga, aceptando mi desprecio.
— No quería creerlo, pero después de que Keisha encontrara la droga en mi taquilla pensé ¿cómo ha podido hacerlo Andrey si ya no tiene acceso aquí? Y entonces recordé el día que os vi manteniendo aquella conversación secreta y lo tensa que parecías, igual que cada vez que hablaba mal de él. Por mucho que tratabas de disimularlo no podías y cuando he llamado a Jim para preguntarle si os conocíais me llevé una gran sorpresa al enterarme de que trabajaste para él antes de entrar en mi equipo — enseño mis cartas y ella palidece todavía más, si cabe.
— Querría habértelo contado todo, lo juro...— la interrumpo de malos modos.
— Pero no lo hiciste. ¿Desde cuándo lleváis planeándolo? Porque te ha salido bastante bien la jugada, has debido reírte mucho al verme la cara de imbécil — espeto, con amargura.
ESTÁS LEYENDO
Trenton: Peligrosa adicción ✔ COMPLETA ©️ EN FÍSICO CON MATCHSTORIES EDITORIAL
RomanceTrenton Sawyer ha luchado con sudor y sangre para salir de una vida de violencia y autodestrucción. Años y años de entrenamiento le han llevado a convertirse en uno de los mejores luchadores de la MMA en las últimas décadas. Sin embargo todo ese sac...