TRENTON
El último mes parece haberse pasado volando. Los entrenamientos son más exhaustivos que nunca porque el combate está a la vuelta de la esquina y el nivel de exigencia es máximo.
Estoy harto de tener que tragarme todos los combates de Andrey para analizar cada movimiento en busca de un flanco débil. Pero tengo que hacerlo, porque esto ayuda más de lo que pueda parecerle a alguien que no esté muy metido en este deporte. Así que me toca aguantarlo.
Menos mal que hoy por fin voy a poder tomar un descanso, que buena falta me hace. Y es que vamos a ir al partido de béisbol de los Yankees.
Hemos quedado con Keisha para recogerla dentro de media hora, ya que al final mi hermana consiguió convencerla para que viniera. Y sospecho que lo que le dije en la cocina ayudó bastante, porque cuando le pregunté si estaba bien con eso aseguró que ya era hora de enfrentarse a su peor recuerdo del pasado.
Y yo pienso estar ahí para cogerla de la mano.
Me quedo mirando detenidamente a Evie, que luce toda orgullosa con la cara pintada de los colores del equipo y ataviada con su camiseta (varias tallas más grande).
— Pareces toda una hincha — Comento, alborotándole el pelo. Me encanta verla tan contenta.
— Llevo esperando este momento mucho tiempo. Y espera a ver a Kirill y Pétrovik, esos dos son peor que yo — me previene, risueña.
— Eso no tienes ni que decírmelo, me espero cualquier cosa — bromeo, aunque no por ello deja de ser menos cierto lo que digo.
— ¿Crees que Keisha también se habrá vestido para la ocasión? — inquiere, con inocencia.
— No creo, sabes que ella es más discreta.
Ya es mucho que haya aceptado venir, solo espero que logre olvidarse de lo malo y pueda disfrutar el partido. Tengo preparada una sorpresa para el final.
Estamos yendo hacia su casa a recogerla – Simba pasará el resto del día con Will y Tara, que han prometido cuidarlo como si fuera suyo – y por un momento, al ver todo lo que tarda en salir, me da miedo que haya cambiado de opinión.
Pero no.
— Mira, ahí viene — avisa Evie, como si fuera necesario...como si no fuera el centro de todo mi mundo.
Sonrío mientras la veo atravesar el porche con una mochila colgada al hombro. Lleva unos vaqueros gastados y una camiseta blanca, sencilla. Se ha recogido el pelo en una coleta y cuando sube al coche, tiene una sonrisa en la cara.
Me alivia ver que nos acompaña de buena gana.
— Hola, vaya Evie qué bien preparada vienes — nota y mi hermana se muestra orgullosa.
— Si queréis os dibujo unas rayas, aunque sea.
Declinamos la oferta, pero algo me dice que antes de entrar al estadio los dos vamos a acabar pintarrajeados. Como ya he dicho, puede ser muy persuasiva.
Pétrovik y su hijo ya están en camino también, así que nos ponemos en marcha. Vamos a tener que conducir hasta la ciudad, que es donde va a tener lugar el encuentro.
Y menos mal que tenemos entradas VIP y no vamos a hacer cola, pero de todos modos he preferido salir temprano para que disfrutemos del día.
— ¿Puedo poner música? — pregunta Evie, al cabo de escasos minutos de trayecto.
— Bueno, pero soy el conductor y pongo las reglas así que después nos toca elegir a nosotros, ¿de acuerdo?
— Me parece justo — acepta ella.
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Trenton: Peligrosa adicción ✔ COMPLETA ©️ EN FÍSICO CON MATCHSTORIES EDITORIAL
RomanceTrenton Sawyer ha luchado con sudor y sangre para salir de una vida de violencia y autodestrucción. Años y años de entrenamiento le han llevado a convertirse en uno de los mejores luchadores de la MMA en las últimas décadas. Sin embargo todo ese sac...