KEISHA
Estoy realmente preocupada por Trenton.
Desde que se levantó de la mesa para marcharse a su cuarto sin comer prácticamente nada no ha dado señales de vida y ya son más de las diez de la noche.
Por no hablar del hecho de que me dijo que iba a tumbarse un rato pero al cabo de unos minutos desde que subió se escucharon unos fortísimos golpes, como si le estuviera dando una paliza a su saco de boxeo. Y sospecho que eso fue lo que pasó.
Estuvo así por lo menos dos horas – no sé de dónde demonios sacó la energía, debía de tener mucha rabia acumulada – hasta que todo quedó sumido en un inquietante silencio.
Ya está.
Ni siquiera ha salido para ir al baño.
¿Cómo...cómo es siquiera eso posible?
De acuerdo, puede que tenga súper poderes en lo que a la retención urinaria respecta y puede, solo puede, que esté un poco ansiosa por verlo. Pero es solo para asegurarme de que se encuentra bien, porque empezó a actuar raro desde la visita de Will y no tengo ni idea de lo que pasa por su mente.
Sin embargo, a pesar de todo, no me he atrevido a subir hasta su cuarto y llamar a la puerta. Simplemente me falta coraje y me maldigo por ello.
Es por eso que estoy aquí sola, tumbada en el sofá con un cuenco de palomitas intacto (repito INTACTO) y sin poder concentrarme en la película que he puesto. Y es una de mis comedias románticas favoritas, por lo que el asunto es grave.
Todavía estoy debatiendo qué hacer, porque no quiero invadir su espacio personal...pero es que sé que voy a ser incapaz de dormir bien esta noche si no subo allí y me aseguro de que sigue vivo.
Dios, qué drástica soy a veces.
Pero es cierto, más vale prevenir que curar.
Me armo de valor y al fin acabo decidiéndome, así que apago la tele y guardo las palomitas para después – porque no pienso desperdiciarlas ni loca -, luego me encamino escaleras arriba hasta la habitación de Trenton y, tras adecentarme un poco el pelo y cerrar bien mi bata de estar por casa para ocultar mi pijama de gatitos, llamo a la puerta con suavidad.
No responde, pero puedo oír su respiración pesada del otro lado de la puerta.
Es evidente que no quiere hablar conmigo, pero aun así no me doy por vencida. Entro, sin pensarlo.
La visión que se muestra ante mí me deja atónita.
Trenton está en el suelo, haciendo abdominales como un poseso.
¿Lo peor? ¡Está desnudo!
O bueno, casi desnudo si tenemos en cuenta los finos bóxeres que apenas tapan lo justo.
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Trenton: Peligrosa adicción ✔ COMPLETA ©️ EN FÍSICO CON MATCHSTORIES EDITORIAL
RomanceTrenton Sawyer ha luchado con sudor y sangre para salir de una vida de violencia y autodestrucción. Años y años de entrenamiento le han llevado a convertirse en uno de los mejores luchadores de la MMA en las últimas décadas. Sin embargo todo ese sac...