Christian se entera de que su rival, Torger Wolff, mejor conocido como Toto Wolff, es su Alfa destinado. El problema, es que la FIA prohíbe totalmente a los betas y omegas, por esta razón Christian tiene que ocultar su casta, haciéndose pasar por un...
Cada día se hacía más largo conforme pasaba el tiempo, para Christian el trabajo estaba siendo más exigente de lo normal. Jos y Helmut le habían encargado la tarea de armar las estrategias para las siguientes 8 carreras, si bien era algo que estaba acostumbrado a hacer a menudo, nunca le habían encargado formar estrategias para 5 carreras juntas. Estaba cansado, no había dormido en toda la noche y, agregándole a eso que su omega estaba descontrolado, tomaba 3 pastillas al día para controlar sus feromonas, lo que a veces le ocasionaba fuertes dolores de cabeza.
Horner no había vuelto a hablar con Toto desde aquella vez en la que se quedó a dormir a su casa, los recuerdos de aquel día seguían presentes.
-Chris, ¿Te encuentras bien?- pregunto Charles Leclerc.
-¿Que haces aquí Charles? ¿No deberías estar con Carlos o algo así?- respondió Christian, masajeando un poco su frente intentando que la jaqueca acabe.
-Vine a buscar a Checo pero te ví algo cansado, ¿Has estado durmiendo bien?- soltó el Monegasco, acercándose más al "alfa" de Red Bull.
-Si, es solo que no he podido comer, tu tranquilo- declaró Horner, sonriendo falsamente.
-Mm si tú lo dices, recuerda que aunque yo sea un piloto y tú un director, puedes contar conmigo- acotó Leclerc, palmeando suavemente su hombro para después irse en busca de Checo.
Christian asintió entrecerrando los ojos, viendo como el piloto de Ferrari desaparecía de su vista. Volvió al trabajo, suspirando cansado, tenía sueño, hambre y le dolía mucho la cabeza, solo esperaba a que el tiempo pasará más rápido.
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-Es bueno saber que ya no tienes ese espantoso moretón en el rostro- menciono Wolf, sonriendo feliz.
-Ni lo menciones, la prensa se volvió loca al verlo.
-Tú te lo ganaste por intentar algo con Sergio, sabes muy bien que el jamás será tuyo- expresó el Austriaco, con su voz firme.
-Peleare por el, le haré ver a Checo que Max no lo merece- espetó Hamilton, cruzándose de brazos.
Toto suspiro derrotado, Lewis nunca cambiaría su pensamiento, era inútil intentar que cambie de opinión.
—Has lo que quieras, pero recuerda que tienes a un hermoso omega— menciono Toto resignado.
—Lo que tú digas— contesto el Británico, dándole poca importancia sobre de quién hablaba Toto, aunque su alfa gruñera de enfado.
Torger nego con la cabeza, su piloto era muy terco. George observó la escena con una mueca, sabía exactamente de que omega hablaba Toto.
—Tienes que hacerle caso a Toto— exclamó Russel, observando a Lewis con el ceño fruncido.
—Cállate George, mejor ve con tu alfa y deja de ser un puto grano en el culo— bramó con enfado Lewis.
