♡︎ 𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 48 ♡︎

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Dicen que después de la tormenta viene la calma. Tanto Christian como Toto, al fin tenían paz después de tanto tiempo. Había sido una temporada larga, en medio de eso pasaron  muchísimas cosas a la vez, sin embargo ahora tenían más tranquilidad, más paz para procesar el hecho de que estaban juntos y que iban a tener un bebé.

Para poder relajarse un poco más, aprovechando el inicio de las vacaciones de invierno querían alejarse de todo lo relacionado a la Fórmula Uno y a los paparazzis, así que decidieron tomar un descanso.

En un principio pensaron en Dubai, pero rápidamente la idea fue descartada, ya que Christian no soportaba las altas temperaturas, entonces pasaron unos días en Inglaterra y luego viajaron a Moscazzano, un pequeño pueblo perteneciente a la provincia de Cremona, italia.

Unos días después, volvieron a Mónaco, debido a que el Británico tenía cita con el ginecólogo para ver la condición del bebé.

Christian se sentía nervioso, Toto estaba sentado a su lado, los dos esperaban al doctor en la sala de espera. Torger enlazó su mano con la del omega, llamando la atención de el Británico.

—Sé que estás nervioso, liebe, pero créeme que todo va a estar bien, ¿Si? La bebé va a estar bien— murmuró Toto, sonriendo dulcemente.

—Tengo miedo de que algo malo pase con la bebé— respondió Christian, comenzando a jugar con sus manos.

—Chris, la bebé va a estar bien— dijo Torger acariciando los nudillos de Christian suavemente para tranquilizarlo.

Horner suspiro profundo, asintió, intentando desviar todos sus nervios, no debía pensar de más, Toto tenía razón, la bebé estaría bien.

La puerta del consultorio se abrió, de este salió un omega embarazado, despidiéndose del doctor con una sonrisa.

—Señor Wolff, señor Horner, pueden pasar— farfulló el doctor, haciéndose a un lado para que los dos pasarán.

Una vez adentro, el doctor se sentó en su escritorio, m el expediente de Christian.

—Bien, ¿Cómo han estado?— pregunto el médico con interés, observando a la pareja.

—Bien...ya sabe, ocupados, pero nos hemos tomado vacaciones— alegó Toto, relajado.

—Eso es bueno, ¿Alguna molestia o incomodidad durante el embarazo, Christian?— inquirió el doctor, curioso.

—Exceptuando que parece que cargo a una sandía en mi vientre, no— contesto Christian.

El doctor rio, divertido.

—Bien, recuestate en la camilla, te examinaré.

Horner asintió, levantándose de la silla con dificultad para luego subirse a la camilla.

Luego, el doctor se levantó, dándole la vuelta al escritorio, sentándose en la silla al lado de la camilla.

Torger observó atento cada movimiento, se sentía muy ilusionado.

—Bien, levántate un poco la camisa— ordenó el médico con una voz tranquila—Bien, esto va a estar algo frío.

Christian se estremeció al sentir el gel helado tocar su vientre. Horner observó como Toto parpadeaba varias veces, observando la pantalla.

—¿Escuchas ese ruido Christian?— preguntó el médico, viendo a Christian asentir—Ese ruido, es el latido de tu bebé.

Christian sonrió, suspirando aliviado.

—Será hermosa, lo sé— comento Toto, sonriendo emocionado.

El británico dejo escapar una risita divertida, Toto se veía como un niño al que le acaban de regalar su juguete favorito en navidad.

¿Mi destinado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora