♡︎ 𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 33 ♡︎

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Christian estaba recostado en el pecho de Toto, su respiración era tranquila, sus pensamientos estaban en calma.
Luego de que le den el alta del hospital, Christian llamo a Susie para contarle la noticia, al principio la rubia pensó que se trataba de una broma pero al escuchar la seriedad con la que Christian hablaba, finalmente termino creyéndole.

No le había dicho a Toto aún, no sabía el porque, enserio quería hacerlo, pero era muy difícil mirarlo a los ojos y confesarle algo de esa magnitud, los nervios por la reacción del Austríaco lo consumían, no sabía si un bebé con él era lo que Torger quería, habían hablado del tema muy pocas veces, solo lo habían mencionado pero eso no significaba que Toto quisiera un bebé.

—¿Estás bien?— preguntó Toto al verlo tan ido.

Christian se levantó del pecho del pelinegro, mirándolo a los ojos.

—Si, lo estoy, solo estaba pensando en Austin— contesto Christian con tranquilidad.

—Siempre me ha gustado Austin, yee-haw— masculló Toto con una sonrisa divertida, sacándole una risa al menor.

—¿Ahora quieres ser vaquero, tan rápido te rendiste?, digo, sabía que era mejor que tú, pero no pensé que rendirias tan fácil— dijo Christian en un tono burlón.

—¿Perdón?— menciono Toto con falsa indignación.

El mayor se abalanzó sobre el británico, el último nombrado chilló, dejando escapar un par de carcajadas, sacándole al nacido en Viena una sonrisa.

—Te amo— susurro Wolff contra los labios del más bajo.

—Yo te amo más— respondió Horner, terminando de acortar la distancia entre sus labios, formando un beso dulce.

Una vez que se separaron, juntaron sus frentes, observándose mutuamente.

—Me haces muy feliz, liebe— comento Toto mientras sonreía.

—Tu también me haces feliz, cielo— acotó Christian mientras cerraba sus ojos, no pudiendo evitar soltar algunas lágrimas de felicidad.

—Hermoso, no llores, no me gusta que llores— espetó el alfa.

—Lo siento, solo que enserio me alegra poder estar contigo de esta forma, poder decir que eres mi novio, me hace feliz— admitió Christian mientras limpiaba una lágrima con su índice.

Torger ocultó su rostro en el cuello del menor, cerca de la nuca, aspirando sus feromonas.

—Hueles tan dulce...y se vuelve más fuerte— murmuró Toto con una voz tranquila.

Christian sonrío casi al instante.

—Bueno quizá alguien está contento de tenerte aquí— comento el británico con una sonrisa.

—¿Ah si?— cuestionó el pelinegro, sonriendo ampliamente.

—Si— respondo Christian.

Christian tomo la mano de Toto y la llevo hasta   su vientre, Toto frunció el ceño por esta acción.

—Alguien además de mí, por supuesto— Murmuró el rubio, sonriendo dulcemente.

Toto frunció el ceño con confusión, definitivamente no estaba entendiendo.
En un momento, los ojos de Torger se abrieron como platos, reflejando la duda y la sorpresa.

—No me digas que....— intento decir Toto pero rápidamente sus palabras quedaron suspendidas en el aire.

Christian asintió, sonriendo dulcemente, aunque por dentro, un remolino de nervios comenzaba a formarse, esperando la respuesta del Austríaco.

¿Mi destinado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora