Capitulo 4: talento oculto

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kion

-ayúdennos! -

corríamos rápido.  llegamos al lugar.

una madre leona y sis dos cachorros atrapados en una estampida.

- Anga, Ono, puedne ir por los cachorros? - dije. ambos asintieron.

volaron para tratar de sacar a los cachorros de la estampida.

yo me acerqué pero aun así no pude ver una forma de entrar, solo podía usar mi rugido.

pero era riesgoso. si lo hacía, podía terminar alterando más a la manada y terminarían lastimando a la madre y los cachorros dentro de esta, los cuales se refugiaban en una gran roca.

por primera vez no tenía idea de qué hacer.

con los nervios de punta solo me quedó esperar a que la manada pasara.

cuando al fin habían terminado. corrí con la leona.

- no... - dije al ver que la madre estaba inconsiente debido a proteger a oos cachorros.

- no, no... - me acerqué a ella para colocar mi oreja en su pecho. su corazón seguía latiendo. suspiré aliviado.

- mamá! -

miré al par de cachorros y estos lloraban desconsoladamente.

- Besthe, lleva a la madre con rafiki. - ordené. - Ono, Anga, tenemos que llevar a la manada a donde corresponde, pueden lastimar a más animales.  y... - dije mirando a los cachorros. solo quedaba Bunga y Fuli. el primero es demasiado irresponsable para cuidar unos cachorros, y la segunda demasiado... ella, para cuidar a los cachorros.

- necesito... Bunga, - dije al final. confiaba más en fuli para ese trabajo - Ayudanos a desviar a la manada. Fuli, te encargarás de los cachorros. -

Fuli

- yo? - dije mientras todos se iban.

*con encargármelos significa buscar quien los cuide, cierto?*

todos se fueron, los cachorros intentaron seguir a Besthe, - no, no, no... - y yo me interpuse en su camino - su mamá necesita descanzar. ustedes... ustedes vengan conmigo - dije lista para continuar, pero no me siguieron. fueron trás Besthe. - que les dije! - grité llendo por ellos.

sus patas eran tan pequeñas que no podían seguirle el paso a Besthe aunque quisieran.

tomé a uno de los cachorros y pisé la cola del otro. este par de leoncitos no saben obedecer.

- que les dije? - dije entre dientes.

deposité al cachorro en el suelo y solgé al otro. - deben volver a la manada de leones, ahora! -

en lugar de ayudar, el par de cachorros comenzó a llorar desconsoladamente.

bajé mis orejas apenada por eso. - ya, ya... no estoy molesta... - eso no ayudó en nada. - ah... - no sabía que hacer o decir para calmar a un par de cachorros.

*empiezo a creer que Bunga sería mejor niñero que yo*

Kion

logramos calmar a la manada. y pudimos volver con la madre.

pero de camino, Ono me recordó. - Kion, fue buena idea dejar a Fuli con dos cachorros de león? -

- porqué? - dije. fuli normalemnte puede con todo ella sola.

- porque estamos hablando de fuli. - respondió Anga.

yo tragué hondo entendiendo a lo que se refería.

provocatio: kiuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora