27. Fernet

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«You made a mess of me
I pictured you with other girls in love
Then threw up on the street
»

Hits Different - Taylor Swift

AMANDA (?).

Desde que me enteré de la verdadera razón por la que se orquestó la boda, hubo un giro de 180 grados en mi forma de ver las cosas.

No debí haber aceptado arruinarla, mis ganas de venganza se vuelven infundamentadas al ver el dolor en el rostro de Emillie y yo me siento sucia.

Ella tenía que enterarse, mas no de esa forma, no merecía que le arruine aquel día, que la haga pasar por una experiencia traumática que pudo haberle ocasionado un problema de salud, aunque no tuviera forma de saberlo.

Salí del hotel para seguir al chofer que pedí en camino al hospital, después de todo era una muchacha confundida en una ciudad que no conoce, con un probable desbalance hormonal y pasando uno de los peores momentos de su vida. Sumado a ello, Axel amenazó la carrera de Ron con un video y esa información debía estar recorriendo los correos de los productores. Sigue arruinando a quien tenga a su paso.

No puedo dejar que se salga con la suya.

—¿Cuánto es de aquí a urgencias? —pregunto al chofer, mis manos tiemblan de coraje al sostener mi teléfono.

—Unos treinta minutos.

Suspiro. Eso es suficiente para una llamada.

Desbloqueo su número, me quedo viendo un largo rato el contacto. Quiero decirle tanto, mandarlo al diablo, defender con uñas y dientes a Ron de sus estúpidos rumores. Sin embargo, no voy a empezar con esa actitud, tomo una amplia bocanada de aire con la que busco llenarme de una calma inexistente.

—Amanda —me contesta al instante—, qué sorpresa volver a saber de ti. —ríe.

Me hierve la sangre. Silencio las notificaciones del resto del teléfono para que los correos de trabajo y los cuestionamientos de mi padre no molesten. Aprieto los ojos con fuerza, un horrible cosquilleo se apodera de mi cuerpo, la impotencia que me causa que este sujeto aun tenga control sobre mi vida me da ganas de vomitar.

—¿Cómo la has dejado sola? —reclamo—. Eres una persona de mierda, Axel, ¿Dónde demonios estas mientras la mujer que te aceptó ir al altar está sola en un hospital? ¿Cómo se te ocurrió engañarla? ¡Le propusiste matrimonio cuando aún nos estábamos conociendo!

—¿Ahora te importa mi matrimonio? —vuelve a reír—. Ay, no tienes que pretender interesarte por Emillie para verte bien. Ambos sabemos para qué llamas.

—Estás podrido.

—Estamos —corrige—. ¿Me vas a negar que convenciste al mismísimo Ron Kennedy de meterse en tu patética venganza? —el nombre de Ron en su boca, lo odio, siento como si lo manchara—. En fin, hablemos de negocios, que para eso estamos.

—¿Me podrías dar el contacto de la familia de Emillie? ¿Podrías dejar de ser un ególatra loco por un segundo? Ni ella ni Ron merecen estar en medio de esto, tu problema es conmigo ¿No? Cobarde.

—Pff, ¿Tú en serio crees que ustedes pueden interrumpir mi final feliz y yo les permita tener el suyo? Podías escogerte al menos uno no tan desagradable, lo fácil que será hacer que el mundo odie al actorcito ese...

—Estas alucinando si piensas que tus delirios tendrán efecto.

—¿Lo estoy, Amandita? —se me revuelve el estómago cuando utiliza ese apodo—. ¿Entonces por qué estas tan desesperada? Debes estarlo para pedir clemencia al mismo que quisiste joder, ¿Quién está peor?

No apto para estrellas │YA EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora