CAPITULO 10

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HENRY

Bebo del café mientras miro a un punto ciego, pensando en Abigail. Ya va una semana que me trata con indiferencia, solo me da los buenos días y sale a desayunar al jardín, no come conmigo y mucho menos compartimos en la cena.

De verdad lo arruine.

Me sentí frustrado, mi madre quiere controlar con quien salgo a pesar de que ya soy un adulto y solo se me ocurrió culpar a Abby, soy un idiota.

—Pero yo creo que ella puede llegar a que pienses en volver a proponer matrimonio— es lo único que escucho de la media hora que Jason lleva hablando.

—¿Qué?— mi amigo suspiro.

—¿No me escuchaste?— dejo la taza en la mesa.

—Si...más o menos, si, tal vez Gal puede ser la indicada, aunque tengo poco tiempo de conocerla.

—A veces lo que llega en poco tiempo es lo que se queda para siempre.

—Si, tal vez.

—Ya dime en qué piensas, ¿en esa cena que tú madre arruinó?

—No, en Abby, es que la traté muy mal y ella no tenía la culpa, solo me complació y yo la culpe.

—Seguro ella entiende...

—Ya tiene una semana que a duras penas me habla, ni siquiera llega en la noche y no se con quien sale— Jason acaricia su barbilla.

—Yo creo que a lo mejor es un berrinche, ya luego se le va a pasar, y si no, tú debes de saber cómo tenerla feliz.

—Si, ya pensaré en algo— miro el reloj en mi muñeca —Me tengo que ir.

—¿Si irán a la cena esta noche?

—Si, bueno, dijo Gal que si.

—Bien, los esperamos, yo invito hoy— le susurro un gracias y salgo del restaurante.

Conduzco hasta la empresa, hago algunas llamadas en el camino y cuando llego al trabajo no salgo de la oficina si no hasta la noche, cuando por fin veo el celular contesto los mensajes de Gal, nos veremos en la casa de Jason.

Ya en mi casa voy a la habitación de Abby, pero no está, así que decido darme una ducha, espero que llegue temprano hoy.

Me enrolló la toalla en la cintura y salgo del baño, encuentro a Abby de pie junto a mi cama, dejando mi celular.

—Sonó, solo me fije quién era no conteste— me mira a los ojos —Venía a avisarte que ya llegué y te llamo tu novia.

—Gracias— sale de mi habitación.

Me visto con unos chándal y una playera básica, salgo detrás de Abby y me recargo en el marco de su puerta, ella observa las orquídeas moradas que le dejé en el tocador, lee la tarjeta y luego me mira.

—Gracias, están lindas— me acerco a ella.

—No se de que otra forma pedirte perdón, Abby, de verdad lo siento mucho— se recarga en el tocador —No debí culparte, lo único que hiciste fue apoyarme.

—¿Por qué últimamente peleas conmigo como si yo fuera fuera tu enemiga?— no me mira a los ojos —Yo lo único que hago es estar contigo, cuidarte, apoyarte en tus decisiones aunque no esté de acuerdo en todas, tú solo peleas y peleas.

—Lo sé, no sé qué me pasa pero yo...te prometo que se acabará, ¿okay?— la tomó de la barbilla y hago que me mira a los ojos, esta a punto de llorar, lo que menos me gusta es hacerla llorar.

Ella nunca llora y que lo haga por mi culpa, me lastima mucho.

—No se si creerte, ¿que tal si pasa algo y vuelves a enojarte conmigo?

Peligrosa obsesión | Henry Cavill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora