Resultó divertido.
Me refiero a la señora "no acepto yernos hasta los treinta y tantos años de edad". Y la primera vez que pisaste su casa temblando como gelatina; con los zapatos cubiertos del polvo de la calle, el cabello despeinado por llegar en motocicleta y esa bonita caja negra con detalles rojos que sabías de sobra que todas amariamos.
Considero que tengo todo el derecho del universo, así que te descontare ciertos puntos.
Ese pastel si que estaba bueno.
Y no lo digo solo yo.
Básicamente conquistaste el estomago de Krista sin siquiera intentarlo. Ella no lo va a admitir nunca, por lo que tendré que hacerlo yo.
Tenías su total aprobación.
La suya y la de mi madre, y ambas te querían muchísimo.
¿Me puse nerviosa cuando te quedaste a comer con nosotros ese día?
Si.
Si lo hice.
Anexare las patadas a mi dulce y encantadora, notese el sobreactuado uso de sarcasmo, hermanita menor como descarada prueba de aquello.
Sobrevivimos a eso y yo creí que podríamos sobrevivir a cualquier cosa.
Que pena que esa vez no tuviera la razón.
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Allá abajo.
Kurzgeschichten𝗔𝗹𝗹á 𝗮𝗯𝗮𝗷𝗼 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗹𝗼 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝘂 𝗻𝗼 𝗲𝘀𝘁á𝘀. 𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗰𝗮𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗻 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝘂𝗻 𝘀𝘂𝘀𝘂𝗿𝗿𝗼 𝗮𝗵𝗼𝗴𝗮𝗱𝗼 𝗯𝗮𝗷𝗼 𝗲𝗹 𝗳ú𝗻𝗲𝗯𝗿𝗲 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗰𝗶ó𝗻...