No eramos amigas convencionales.
De hecho hasta se podría decir que ni éramos amigas.
Y aunque al principio parecía querer agradarme de corazón, la verdad era que solo necesitaba alguien más que brillará menos para llevarla a lucirse.
Podría haberme odiado por cualquier cosa.
Mi pelo despeinado que casi nunca me molestaba en atar.
La ropa cien veces más grande que por lo normal me heredaban mis primos y otros mayores.
...O mi padre saliendo con su madre, pero negandola delante de todos por que su matrimonio con la mía seguía ahí en medio.
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Historia Corta𝗔𝗹𝗹á 𝗮𝗯𝗮𝗷𝗼 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗹𝗼 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝘂 𝗻𝗼 𝗲𝘀𝘁á𝘀. 𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗰𝗮𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗻 𝗮𝗽𝗲𝗻𝗮𝘀 𝘂𝗻 𝘀𝘂𝘀𝘂𝗿𝗿𝗼 𝗮𝗵𝗼𝗴𝗮𝗱𝗼 𝗯𝗮𝗷𝗼 𝗲𝗹 𝗳ú𝗻𝗲𝗯𝗿𝗲 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗰𝗶ó𝗻...
