Día 25:

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Quizá fue por segundo año de primaria.

Quizá fue después de las vacaciones de verano.

Solo se que esa mañana me enoje más de lo normal.

Siempre he sido alta, otra de las tantas cosas que no solían gustarme para nada de mi misma, y no había reparado en ello hasta que empezaste a gustarme tu y entonces la altura si que se convirtió en problema.

Nos llevábamos cinco centímetros.

Cinco estúpidos centímetros que no habrían importado si no fuera por los malditos del tercero C que jodian hasta durante las mismas clases.

Moose sobre todo encontraba idiota el hecho de que me desviviera por alguien más bien bajito en tamaño.

Pero no era eso lo que me pare a decirte a estas horas de la tarde posponiendo un par de tareas que tenía o mas bien tengo varadas en pendientes.

Esto sucedió más atrás, mucho antes de conocerte, cuando de entre todos los crios infantiles de mi salón yo no era si no más bien de las más pequeñas.

Para tercer año de primaria me convertí en victimario, las chicas que me molestaban dejaron de hacerlo el día que me pare detrás suyo y "accidentalmente" le metí el pie a Sica dientes astillados que era como Marco, uno de los peores marginados del pueblo y chico problema por aquel entonces, le había apodado a la abeja reina de la escuela Arroyo Seco.

No entraré en detalles, por que la verdad no me acuerdo de casi nada, solo se que esa semana me la viví huyendo de ellas, Sica y su clan de amigas malvadas habían hecho de esos dos primeros años un martirio total para mi y otros niños.

Y aunque no paso de la noche a la mañana, me empecé a defender.

Y aunque no paso de la noche a la mañana, me empecé a defender

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