CAPÍTULO 2. PADECIMIENTO

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Lo primero que vio Sergio al abrir sus ojos fueron las paredes blancas del hospital. Habían tenido que trasladarlo de emergencia debido a que no despertaba cuando los paramédicos le dieron asistencia médica.

— ¿Qué me pasó? — preguntó al aire mientras miraba a los alrededores.

"Al menos estoy a salvo de Max por esta noche"

Pasaron varios minutos en los que Sergio se mantuvo pensativo con respecto al motivo por el que se había desmayado.

El estrés parecía ser la respuesta: estrés por fallar en los GP, estrés por las críticas que hacían los fanáticos y su propio equipo, estrés por las insinuaciones de rescindir de su contrato y botarlo a la calle y finalmente... estrés de lidiar con max cada fin de semana.

— Sr. Sergio, un gusto conocerlo. Soy el Dr. S, estoy a cargo de usted durante su estadía — Un hombre entró a la habitación con una sonrisa amable seguido de una enfermera y otra mujer que parecía ser una doctora — Todo indica que su estado de salud es favorable y fue el estrés lo que lo hizo colapsar — Señaló a la doctora— Ella es la Doctora V. Ella se encargará de la siguiente parte del protocolo, lo veré cuando le dé de alta.

Sergio apenas entendió un poco de lo que dijo.

— ¿De qué protocolo hablaba el doctor? — Preguntó cuando el hombre se retiró.

— El protocolo del hospital para confirmar que los pacientes estén sanos — Respondió aquella mujer con una sonrisa antes de pedirle a la enfermera que tomara una muestra de sangre del mexicano — Le haremos un último estudio de sangre para comprobar que todo esté en perfectas condiciones.

— ¿Y para qué es esa máquina? — El moreno señaló un monitor conectado a un aparato extraño para él.

— Esa es la razón por la que estoy aquí. Le haré un ultrasonido de rutina como dicta el protocolo, no sé preocupe. Solo es un ultrasonido de rutina, no le dolerá y si todo va bien no encontraremos nada.

Sergio seguía sin entender porque eso tenía que ser un protocolo para hombres aunque no pudo seguir divagando puesto que la doctora aplicó un gel frío en su vientre seguido de pasar un aparato raro sobre este.

Se estaba aburriendo mientras veía a la doctora mover por ahí y por allá ese aparato hasta que algo captó su atención.

Un ruido muy bajito, leve... como un pequeño golpeteo.

— Esto no puede ser posible...

— ¿Hay algo malo? — Preguntó asustado. Girandose para ver el monitor.

Había una mancha en el ultrasonido.

— ¿Tengo un tumor? ¿Los tumores hacen ruido?

— No es un tumor... Dios... tendrá que quedarse un poco más Sr. Pérez, necesito confirmar estos resultados con su análisis de sangre

— ¿Me voy a morir?

— No, no es nada de eso. Usted no se preocupe, vendré nuevamente cuando tenga sus resultados.

— Sea lo que sea por favor no le diga a nadie que pregunte por mí, no quiero preocuparlos — La doctora se limitó a asentir mientras limpiaba el vientre del mexicano con asombro.

¿Que mosca le picó a esta señora? ¿Me veo gordo o qué?

— Descanse Sr. Pérez.

— Gracias Doctora.

Sergio internamente agradecía que lo que haya encontrado la doctora le permitiera seguir en el hospital.

"Estoy a salvo. Él no haría nada en un lugar así"

BASTA [CHESTAPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora